El Departamento de Transporte de Estados Unidos ha anunciado una propuesta que obligaría a todos los fabricantes de vehículos ligeros y camiones a incorporar de serie un equipo de conectividad Vehicle to vehicle (V2V) para asegurar la compatibilidad entre los vehículos y la infraestructura. Esta propuesta, si se aprueba, comenzaría en 2019 y 2023 sería la fecha límite para el cumplimiento de esta normativa.

El objetivo de forzar ya a los fabricantes a instalar este tipo de sistemas es que quieren prevenir cuanto antes cientos de miles de accidentes cada año. Con la comunicación entre coches se podrían advertir ciertos comportamientos que los conductores de vehículos no pueden ver. Esta tecnología, en colaboración con los sistemas de frenada automática de emergencia o incluso con los vehículos con capacidades de conducción autónomas, podría reducir en una gran medida los accidentes graves con fallecidos.

La nueva normativa busca proporcionar un incentivo legal para el desarrollo de la tecnología V2V, algo que ayudaría a estandarizar los equipos de comunicación y la información mínima a comunicar como la velocidad, ubicación, dirección de desplazamiento, el estado del motor y la transmisión y las aportaciones que pueda hacer el conductor. Y lo más importante, no se podría enviar información personal.

Por último, de aprobarse, se tendrán que poner las pilas todos los implicados en gestionar con eficacia la seguridad en las comunicaciones para que no puedan ser intervenidas por cualquiera con conocimientos, y las ciudades deberían realizar un gran esfuerzo en adaptar sus infraestructuras a esta tecnología de comunicación entre coches.

La normativa no ha entrado aún en vigor porque aún tiene que pasar un cierto trámite, el primer paso está dado y para el siguiente habrá que esperar 90 días para que los implicados puedan hacer sugerencias o alegaciones.