Actualizado a las 18:00. La visita del consejero delegado de Uber, Travis Kalanick, al comisario europeo de Mercado Único Digital, Andrus Ansip, ya anunciaba el siguiente paso importante de la compañía a nivel europeo. Abrían boca ante la vista celebrada hoy, 29 de noviembre, en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea que enfrenta a la californiana y a Elite Taxi, además de otras muchas organizaciones del taxi a nivel internacional. La denuncia, interpuesta por la asociación de taxis en 2014, y que supuso el cierre de UberPop en España, se elevó a instancias europeas en junio de 2015 con el objetivo de consultar si Uber suponía o no una competencia desleal al sector del taxi.

Al igual que sucediese con el caso de BlaBlaCar, los tiempos se prologarán hasta casi el infinito. Se espera que la sentencia quede resuelta en mes y medio aproximadamente y la decisión definitiva del Tribunal para dentro de un año. Por lo pronto, desde Uber sólo pueden hacer una valoración positiva del proceso:

"Agradecemos la oportunidad de ofrecer nuestro punto de vista al Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Este caso puede ser un buen ejemplo de cómo las leyes europeas apoyan el desarrollo del Mercado Único Digital, en contraposición con las regulaciones nacionales que limitan el desarrollo de los servicios de la economía colaborativa."

En concreto, el debate entre asociaciones del taxi y Uber se fundamenta en varios puntos. El primero de ellos afecta directamente la naturaleza de la compañía. Y en esto ninguna de las partes se va a poner de acuerdo nunca. Por un lado Uber alega que no es una empresa de transporte, simplemente tienen el perfil de operadores e intermediarios a través de elementos tecnológicos. Para los taxistas, su actividad sí que está relacionada con su ámbito. El trabajo del juez en este momento es decidir bajo qué normativa debe encuadrarse la tecnológica; y es una decisión compleja puesto que Uber no tiene en propiedad ningún vehículo y, de hecho, sí hace de intermediario de servicios.

En este punto no debería someterse a las normativas del transporte, sobre las cuales la Unión Europea no tiene competencia. Pero la actividad de sus asociados, los conductores, sí opera en este sector. Y esto es lo que ven los taxistas que alegan competencia desleal. ¿Servicio electrónico o servicio de transporte? De este posicionamiento se desgranará, casi de forma total, el servicio y la actividad de Uber para los próximos años, además de su competencia con el sector del taxi.

De tomarse esta decisión, ¿qué pasaría con las denuncias por competencia desleal que tiene Uber abiertas en varios puntos de Europa? Al no definirse como ejercicio de transporte no está claro si estas saldrían adelante puesto que no operan en el mismo sector. Y relacionado con esto, si la sentencia se posiciona a su favor y su naturaleza jurídica determina que es diametralmente opuesta a lo que afirman los taxistas, ¿debería beneficiarse del principio de libertad de prestación de servicios dentro de la normativa de la Unión Europea?

No sabremos qué ocurre con Uber y su encuadre legal en España hasta dentro de unos meses puesto que se sucederán las vistas y las consultas a los expertos en la materia por parte del Tribunal de Justicia, pero lo cierto es que de esta decisión saldrá el futuro de muchos asuntos legales del sector del transporte.

Sea como sea, lo que suceda con Uber y su relación con la UE y los estados y, sobre todo, su relación con los consumidores dentro del marco jurídico, bien dentro de la regulación sobre el transporte de pasajeros o, de mero intermediario en dentro de los servicios de información, será determinante para estas nuevas compañías que, pese a que sobre el papel efectivamente actúan de meros intermediarios, tiene el poder y la fuerza como para replantear las bases de un sector, y por tanto, cambiar su concepción jurídica en el futuro.

Los taxistas podrían llevarse el gato al agua

Ha sido un poco más tarde del medio día cuando Brusela se ha pronunciado por primera vez en mucho tiempo, aunque las actualizaciones se han sucedido a lo largo de la tarde. No es una decisión definitiva, esta vendrá a lo largo del año que viene, concretamente el 6 de abril de 2017, pero lo dicho ya apunta a maneras. En las primeras declaraciones, la Comisión ha hablado de un modelo de negocio que opera entre lo digital y el sector del transporte; por lo que Uber estaría sujeta a la normativa de ambos sectores. O lo que es lo mismo, regulada dos veces y de una manera mucho más estricta de lo que está hasta la fecha. Sería irónico que la jugada fuese incluso peor para el Uber actual.

El control de precios y las normas que exige la plataforma a sus conductores han sido determinantes para el Tribunal en este caso.

Es cierto que para el sector de los taxistas es un soplo de aire fresco en una guerra que ya viene de lejos. Pero, recordemos, no todo está ganado aún.

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