El espionaje es una de las preocupaciones de todas la empresas de cualquier sector. Nadie quiere que su trabajo sea copiado por otra compañía y por ello las empresas se toman muy enserio la privacidad de sus desarrollos. Ser el primero es fundamental en un mundo que cambia cada pocos meses y donde un error te deja atrás. Y los drones se han convertido en una arma para poder espiar sin ser vistos, por ello los fabricantes de coches están muy nerviosos y ya han comenzado a tomar medidas.
Pero la industria del motor no es la única afectada, imagina retransmisiones pirata de eventos deportivos, espionaje a políticos... Deutsche Telekom estaría trabajando en un sistema que se encargaría de mantener a los drones fuera del lugar donde se produzca el evento o la empresa que no quiere que un drone sobrevuele sus instalaciones. Y los fabricantes de vehículos han sido uno de los primeros interesados en este tipo de tecnología.
Y es que el problema de los fabricantes de coches radica en las pruebas que debe realizar de forma totalmente confidencial en el exterior, bien en circuitos privados o en sus propias pistas de pruebas. Un drone podría destrozar una campaña de lanzamiento de un coche al desvelar su exterior, y nadie quiere que eso suceda.
La industria de las fotos espías a coches en proceso de pruebas es muy grande. Tanto que muchos medios pagan grandes cantidades de dinero por ser los primeros en publicar cómo será un coche o incluso solo con su traje de camuflaje. Las marcas han puesto medidas e incluso son ellas las que sacan a luz estas fotografías, de esta forma pueden controlar lo que sale y lo que no. Pero los drones pueden revolucionar este pequeño sector.
Imagina que te ganas la vida haciendo fotos a coches antes de haber salido al mercado. ¿Por qué no hacerse con un drone para conseguir más fotografías? O peor, como competidor, ¿te gustaría saber lo que está haciendo otro fabricante para poder adelantarte a él? El drone puede poner las cosas muy fáciles y por ello quieren tomar medidas cuanto antes.