Pocas sorpresas ayer para un evento de Apple. La filtración previa de los nuevos MacBook Pro (equipo que acaparó toda la presentación) nos había puesto en bandeja las novedades de Apple para su división de portátiles, pero todavía quedaba esperanza para sorprendernos con la sobremesa. Al final, la ausencia de nuevos procesadores para esta línea de negocio nos dejó con las ganas, y los rumores volvieron a citarnos para principios de 2017.

La novedad más importante de la nueva línea de portátiles Pro de Apple, junto con la rebaja de grosor peso y volumen (y la subida de precios), residía e la introducción de una mini pantalla táctil OLED multitouch que viene a sustituir las clásicas teclas de función por una alternativa más dinámica y más útil, y la inclusión de Touch ID en la gama más profesional de Apple. Sobre el papel, dos novedades más que interesantes, útiles y representativas de esos pequeños pasos de gigante que da Apple. ¿El problema? Está anclada a un portátil.

Sí, el plan de Apple es integrar esta pantalla en su portátil profesional para dar más herramientas a los usuarios pro que, gracias a los cambios dinámicos de la Touch Bar, agilicen sus flujos de trabajo con mayores opciones. Por lo que pudimos ver ayer, muchas de las opciones sí que ayudan enormemente en tareas de edición de video y fotografía, pero sigue estando anclada a un portátil.

Quitando usos puntuales en movilidad, la mayoría de profesionales suelen usar sus equipos portátiles conectados a pantallas externas con el portátil cerrado, y los que no lo cierran, utilizan el portátil a un lado como monitor auxiliar, pero en la estación de trabajo, ¿Quién se limita al teclado de un monitor de 15 pulgadas para la edición profesional de vídeo, audio o fotografía... o incluso programación? Exacto.

A pesar de que como digo, la inclusión de la Touch Bar es un movimiento más interesante para hacer de los portátiles un dispositivo mucho más dinámico, el movimiento ejemplar hubiese sido que a esa integración en el portátil también le acompañase una opción externa, un teclado externo que también incluya esa Touch Bar y Touch ID para todos esos profesionales que utilizan teclado y ratón externo.

De esta forma, todos los atajos del Mac se pasarían automáticamente al teclado externo cuando trabajamos con ese monitor externo LG 5K que Apple enseñó ayer en la presentación, y en movilidad seguimos teniendo disponible la Touch Bar del propio portátil. Esa es la versatilidad que estábamos esperando cuando vimos la primera filtración de los nuevo MacBook Pro, una Touch Bar totalmente adaptable a cualquier situación: movilidad o sobremesa.

Es cierto que integrar esa pantalla en un dispositivo como un teclado externo, que funciona con una batería ridícula, es es una barrera tecnológica importante, y que en términos de costes de producción, y por extensión, de PVP, puede que a Apple no le acabase de convencer del todo el presentar un teclado que vale 3 veces más que el modelo actual, pero estamos hablando del mercado profesional para el que el precio es un factor que no está tan alto en la pirámide como la versatilidad.

Sea como sea, todavía tenemos que esperar a ver si Apple tiene algo preparado para la gama profesional de sobremesa, pero con las novedades de ayer, la sensación es que nos supo a poco.