En la Universidad de Sussex, Reino Unido, han desarrollado un tecnología llamada JOLED que pretende ser el futuro de las pantallas. Partiendo de muchas esferas minúsculas que levitan gracias a ultrasonidos han construido lo que llaman JOLED que sorprende porque trasciende del concepto de píxeles hacia los vóxeles, la unidad mínima de una matriz tridimensional, frente a las dos dimensiones de los píxeles. Los científicos han trasladado los vóxeles aquí mediante perlas de poliestireno, que para mantenerse en la posición requerida, son controladas o sujetadas mediante la acción de unos altavoces situados en la parte superior e inferior del "panel".

Cada perla tiene asignado un ultrasonido, y modulando el sonido dirigido a cada uno de ellos se consigue el movimiento. Para ello hay que pintar uno de los lados de los puntos y recubrirlos con dióxido de titanio, con lo que logran una carga electrostática mediante que se controla el sentido en que se mueven y el color que muestran, independientemente o todos a la vez. La disposición final es una rejilla de 6x7 vóxeles (muy pobre incluso frente a estándares en píxeles de hace décadas).

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Pese a su nombre, JOLED no hace referencia a OLED, porque no hay aquí ni rastro de "organic light-emitting diode", por lo que hay que suponer que más allá de la J de Janus, los puntos, el nombre es puramente comercial, pese a que las siglas tengan algún significado interno.

Aunque la tecnología está en sus comienzos, es posible imaginar grandes aplicaciones prácticas en el momento en que la densidad consiga incrementarse hasta producir imágenes reales que, además, aporten una gran profundidad gracias a las capacidades ofrecidas por el movimiento de las distintas zonas.