Hace mucho tiempo que las especificaciones brutas dejaron de importar en los smartphones, los sistemas operativos modernos y el hardware mediano son lo suficientemente maduros como para brindar una buena experiencia a todos o a casi todos los usuarios, siempre que se parta de una optimización. Sin embargo, la ambición y el progreso no cesan, por lo que tampoco lo hacen las necesidades futuras. Y el futuro es ahora, porque Samsung ha comenzado a producir los primeros chips de 10 nanómetros LPE.

Lo más relevante para el usuario final será una gran reducción de consumo energético a igualdad de velocidad de reloj, unida a un descenso considerable del calor emitido. Ante la falta de una nueva gran arquitectura en procesadores móviles ARM (A73 no es más que un leve avance frente a A72, que en su momento sí supuso un salto enorme desde A57), la manera en que Samsung y Qualcomm conseguirán grandes ventajas energéticas será logrando fabricar unos chips mucho más flexibles que permitan aumentar considerablemente la velocidad a igualdad de consumo.

Y no se trata de aumentar la velocidad como en cada nueva generación, sino de hacerlo con vistas a un futuro que apunta a una realidad virtual móvil que quiere poder competir en algún momento con la de escritorio para brindar una experiencia cercana. También se trata de un futuro que traerá al público la posibilidad de poder experimentar con convergencia, algo que se espera con el posible lanzamiento de Andromeda por parte de Google. El usuario tendrá en su mano un smartphone o tablet tan potente que hacer uso de aplicaciones de escritorio en una pantalla será mucho más que un planteamiento futurista.

Comparados con los actuales chips de 14 nanómetros, los nuevos harán uso de una nueva estructura 3D con mejoras en el diseño y en el proceso de producción, que según la compañía permiten un incremento del 30% de eficiencia en en área, con un 27% más en rendimiento y un descenso del 40% en consumo energético.

Pero para estos nuevos chips habrá que esperar a principios de 2017, momento en que parece que el nuevo Exynos y el Snapdragon 830 entrarán en escena en, probablemente, el Samsung Galaxy S8, que se espera, como casi todos los años, para el Mobile World Congress de Barcelona. Para la segunda mitad de año se espera otro avance más sobre los 10 nanómetros, esta vez estrenando proceso LPP.