Parece que el uso razonable del nuevo plan de roaming de la Unión Europea no ha calado tanto en la opinión pública y de los expertos como la propia Unión Europea y las operadas esperaban. A pesar de que los 90 días es un plazo más que razonable para el usuario medio, que sale fuera de su país a otro de la Unión Europea, sin que se pase la barrera del establecimiento permanente, y por tanto, de la conveniencia de comprar una SIM local, el regulador se ha echado a atrás.
De esta forma, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha solicitado la retirada del plan de regulación del roaming para que se vuelvan a replantear los términos y se adapte ese uso razonable a un período de roaming menos rígido que los 90 días totales o los 30 días de período alternos.
Según parece, la propuesta para acabar con el roaming había pasado los filtros técnicos y tenía en parte el "ok" de las operadoras, aunque lógicamente todavía quedaba pendiente para su aprobación: que pasase el filtro político y, sobre todo, el de la opinión pública, porque al final era el usuario el que tenía la última palabra por el ser consumidor final.
"Los servicios de la Comisión, por instrucciones del Presidente Juncker, han retirado el proyecto y están trabajando en una nueva versión".
Ahora se abre la veda para que se homogeneicen y se elimine la cláusula de uso razonable, en tanto un mercado único que tiene libertad de capitales, personas y mercancías, no puede limitar el movimiento de los datos.