La historia de Uber en Europa podría dar para un libro, una tesis y un monográfico: España, Francia, Alemania y, en menor medida, Reino Unido han tenido sus dramas particulares con la empresa de transporte. Y lo mismo ha ocurrido en Latinoamérica. México con unos inicios complicados que se transformaron en un proceso de estabilización y aceptación, está atravesando una época complicada; los conductores de Uber en el país quieren más derechos. Argentina, que avisó de la ilegalidad del servicio y, pese a los oídos sordos de la empresa, terminó por tener que suspenderlo. Y, ahora, la siguiente de la lista es Colombia.

Al igual que sucediese al sur de continente, Colombia avisó a la multinacional de que, de no cumplir con las medidas públicas de transporte de pasajeros, Uber se enfrentaría a su prohibición de forma indefinida. Además de tener que abonar una sanción de 334 millones de pesos colombianos (113.560 dólares).

El motivo que la Superintendencia de Transporte argumenta para esta prohibición se centra en las continuadas quejas de otros servicios regulados ante la actividad de Uber en el país. Además de la promoción para aumentar usuarios, a través de voceros o terceros y medios publicitarios de su servicio, catalogado por la intendencia como ilícito.

Sin embargo, esta no es la primera contienda que tiene Uber con la división legal de Colombia. La empresa ya tiene una multa, confirmada en segunda instancia en marzo de este año y arrastrada desde 2015, por un importe de algo menos de 200.000 dólares por ofrecer el servicio de forma ilegal en varias regiones el país. Obviamente su actividad no ha cesado y siguen sin pagar la multa. Además, este mismo año, la empresa lanzó el servicio de helicóptero en el país sin haber obtenido los permisos de aviación previos; por lo cual, también se enfrentan a otro proceso sancionador.