La guerra aeroespacial privada tiene un ganador actual: SpaceX. Aunque la compañía fundada por Elon Musk no esté atravesando sus mejores momentos tras la explosión de uno de sus Falcon 9, tiene una ventaja clara sobre el resto de la industria.

Blue Origin, la compañía aeroespacial de Jeff Bezos, el también fundador y director ejecutivo de Amazon, ha presentado hoy los planes para dos nuevas configuraciones denominadas New Glenn*, en honor a John Glenn, el primer astronauta estadounidense en completar una órbita. Un modelo de dos etapas y otro de tres, con los que Blue Origin nos da un sabor de boca de sus ambiciosos planes a futuro.

La primera etapa estará compuesta por siete motores BE-4, con unos 1.75 millones de kg de empuje a nivel del mar, un poco lejos de los 2,3 millones de kilogramos de empuje que tendrá el Falcon Heavy de SpaceX.

"Nuestra visión es de millones de personas viviendo y trabajando en el espacio, y New Glenn es un paso muy importante. No será el último por supuesto. Lo siguiente en nuestra mesa de diseño: New Armstrong"

Aún no hay fecha estimada para un primer vuelo o periodo de pruebas finales, pero debería estar disponible antes de que acabe la década, mientras que el Falcon Heavy despegará a principios de 2017 por primera vez.

Es difícil estimar la carga operativa que ambas configuraciones puedan ofrecer, y no sabemos si estarán limitados para operar en LEO o GTO, o estarán diseñados desde un inicio para poder entregar carga en órbitas lejanas como la marciana, como está previsto que sí lo haga el próximo Falcon Heavy de SpaceX.

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