Aunque esta historia comenzó hace ya tres años, hoy es cuando realmente empieza la aventura de la misión Gaia. El objetivo de la misma es nada más y nada menos que trazar el mapa galáctico más preciso y grande que haya existido jamás: hasta mil millones de estrellas serán registradas y seguidas para comprender mejor cómo danza el cosmos y qué papel juega cada una de estas estrellas dentro de la Vía Láctea, nuestro hogar en el universo.
El gran mapa estelar
La Agencia Espacial Europea (ESA), lanzó a Gaia a finales de 2013. Desde entonces, la sonda lleva viajando por nuestro sistema para colocarse en el lugar adecuado desde el que observar atentamente a su alrededor. Hoy, al fin, conoceremos los primeros resultados de su misión: la posición tridimensional de 2.057.050 estrellas. Además, también nos indicará cómo han cambiado estas a lo largo de las últimas décadas. La información con la que ha estado trabajando Gaia ha servido para realizar hasta diecinueve investigaciones llevadas a cabo por los científicos de la ESA, abriendo la puerta a muchas más. Y, como decíamos, este solo es el comienzo. Porque la proyección de la sonda y de la misión Gaia pretende monitorizar hasta mil millones (o más) de estrellas sitas en nuestra galaxia.
Con estas cifras, el catálogo de la misión Gaia se convertiría en el mapa estelar más extenso y más preciso que jamás haya existido. Además de este hito astronómico, la información de Gaia incluye datos detallados de cómo se han desplazado las estrellas en la galaxia debido al tirón que ejerce la propia Vía Láctea sobre ellas. Con esta información los expertos creen poder entender mucho mejor la estructura, la dinámica y la naturaleza de las galaxias. Incluso creen ser capaces de reconstruir la historia evolutiva de nuestra Vía Láctea a partir de estos datos. "Toda una revolución astronómica", afirman. Y es que, según aseguran algunos astrónomos, con solo conocer los primeros datos oficiales de la misión Gaia, estiman, cientos de nuevas investigaciones se abrirán paso en las próximas semanas.
¿Qué aprenderemos con la misión Gaia?
Además del catálogo de estos dos millones de estrellas, más el potencial que muestra, la misión Gaia nos ayudará a contestar algunas otras de las cuestiones más complejas sobre la naturaleza del cosmos. Una de estas cuestiones es la de la materia oscura: ¿dónde está? ¿Cómo se mueve? ¿Cómo se distribuye? ¿Qué efecto tiene? La materia oscura es un concepto esquivo del que seguimos buscando evidencias claras y directas a pesar de que es imposible de detectar. A pesar de ello creemos que juega un papel fundamental en el universo, aportando masa y condicionando el movimiento total de las galaxias. Gaia, con sus datos de movimientos estelares, ayudará a comprobar lo que creemos saber sobre la materia oscura. Además, también permitirá poner a prueba algunas de las teorías más exóticas sobre dicha sustancia.
F.Jansen: #GaiaDR1 is only the beginning. More data, increasingly more accurate and for more stars will become available over coming years
— ESA Science (@esascience) September 14, 2016
Gaia también ayudará a zanjar algunas de las dudas sobre distancias estelares. La gran mayoría de las distancias entre estrellas se miden en base al brillo y sus cambios. Dicha distancia, sin embargo, se ha cuestionado en numerosas ocasiones debido a otras evidencias. Con los datos de la misión Gaia podremos corregir o confirmar dichas distancias con una precisión sin precedentes. De esta manera, los investigadores podrán conocer con mayor exactitud cómo se han movido las estrellas a lo largo y ancho de la Vía Láctea en el tiempo, permitiendo hacer una aproximación evolutiva y descubrir más sobre los orígenes del cosmos.
A.Gimenez: @ESAGaia data collected so far: ~490billion astrometric, ~118billion photometric, ~10billion spectroscopic measurements #GaiaDR1
— ESA Science (@esascience) September 14, 2016
Otro aspecto al que nos ayudará a esclarecer la misión Gaia es sobre la expansión del universo. ¿A qué velocidad ocurre? Para poder estimarlo los datos de Gaia serán cruciales, permitiéndonos contrastar hipótesis que ya barajamos con algunas nuevas y más sorprendentes. Por último, la misión Gaia también nos ayudará a vigilar los cielos contra asteroides no catalogados que pudieran amenazar a la Tierra a su paso. Se espera que Gaia sea capaz de descubrir miles de nuevos asteroides en nuestro propio sistema solar. Si alguno de ellos supusiese algún tipo de alarma, la sonda puede avisar a los observatorios para comprobar qué tipo de amenaza es y actuar en consecuencia.
Así es Gaia
En su comienzo, el nombre Gaia procedía del acrónimo Global Astrometric Interferometer for Astrophysics. Sin embargo, según evolucionó la misión, el nombre dejó de tener sentido pues ya no se basa exclusivamente en mediciones por interferometría. Pero claro, no deja de ser evocador, por lo que se ha conservado. ¿Cómo es Gaia entonces? La sonda consiste en tres módulos principales divididos por utilidad: carga (donde va la instrumentación), función mecánica y función eléctrica. Pero la joya de la corona en Gaia es el instrumento que porta, capaz de hacer mediciones astrométricas, fotométricas y espectrométricas. Dichas mediciones utiliza un telescopio dual y un plano focal compartido, además de un conjunto de detectores que procesan la información captada.
Para que lo entendamos, el telescopio dual está montado sobre una misma estructura y un mismo plano focal. Estos telescopios recogen las imágenes del fondo de estrellas con una precisión increíble. El plano focal tiene partes dedicadas exclusivamente a la metrología (la medición) y el alineamiento de las estrellas. Así, la función astrométrica permite medir de forma muy precisa incluso en zonas extremadamente pobladas de estrellas; la función fotométrica mide el espectro de las imágenes de forma continua para calibrar las mediciones astrométricas; la espectrometría emplea las radiaciones electromagnéticas para medir y analizar las estrellas. En el caso de Gaia, este instrumento es de altísima resolución. En conjunto, la combinación de las tres funciones, gracias a la posición de la sonda (a un millón y medio de kilómetros de la Tierra) permite realizar el "mapeado" estelar tan preciso que realiza. La misión Gaia está prevista para durar al menos cinco años. Un periodo en el que promete revolucionar lo que sabemos sobre el universo.