Existen muchísimas fotografías de criminales a los cuales no les interesa en lo más mínimo esconder sus actos delictivos. En vez de esto, se tatúan de pies a cabeza, lo que hace que sea bastante fácil identificarlos.

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Para los que no formamos parte del mundo del crimen organizado, podemos llegar a concluir que estos tatuajes surgen del orgullo de los narcotraficantes extremos. Algo así como hacerse uno diferente por cada víctima asesinada o al subir de rango en el cartel. Sin embargo, Tom Wainwright, el autor del libro Narconomics, nos explica las verdaderas razones financieras detrás de esta bizarra práctica.

Se tatúan para demostrar que son verdaderos fanáticos del Joker. Warner Bros. Pictures
Se tatúan para demostrar que son verdaderos fanáticos del Joker. Warner Bros. Pictures

Resulta que los jefes de los carteles tatúan a sus "empleados" para que no puedan trabajar para nadie más. De esta manera, cuando alguien se une a una de estas organizaciones es obligado a tatuarse todo el cuerpo para que le consideren un miembro oficial.

Los diseños incluyen distintas consignas propias de la organización, pero el esencial es el nombre de la determinada pandilla.

Imagina que entras a un McDonald's a buscar trabajo pero antes de empezar a trabajar debes tatuarte su logo en la frente como condición imprescindible. Más tarde te darás cuenta que no será fácil cambiar de empresa. Si tu jefe te empieza a tratar como basura, te paga poco o te obliga a realizar labores moralmente cuestionables que no figuraban en tu contrato, estarás obligado a obedecer, ya que sabes que si vas a buscar trabajo al Burger King de enfrente no te aceptarían.

"No hay forma de escapar"  (AP Photo/McDonald's Corp)
"No hay forma de escapar" (AP Photo/McDonald's Corp)

Es claro que los únicos que aceptarían esta clase de trato son individuos desesperados a los que se les han acabado las opciones. Entrar en una de estas pandillas te convierte básicamente en un esclavo de por vida. Debido a los tatuajes, los jefes de los carteles pueden darse el lujo de tratar mal a sus empleados y de pagarles mucho menos, sabiendo que no tienen a dónde ir.