USB-C.

Lo mejor del puerto USB-C es la universalidad que persigue. A diferencia de sus prececesores, pretende ser compatible con muchos protocolos de datos, audio y vídeo, y lo está consiguiendo. Lo último ha sido "HDMI Alt Mode", un estándar aprobado por el HDMI Licensing con el que, de manera oficial, se abre la puerta a cables USB-C a HDMI. Esto significa que no se requerirán adaptadores y que, a la larga, el puerto MHL puede tener los días contados en el mundo móvil.

Aunque nunca he llegado a triunfar en dispositivos móviles, existen demasiados tipos y tamaños de HDMI en el mercado, lo que ha hecho al organismo encargado de licenciar asumir que no era necesario seguir ampliando el catálogo y, por el contrario, asumir que USB-C es el camino a seguir en 2016.

Respecto al tipo de especificación de HDMI con la que llega, sorprende ver que se trata de la versión 1.4b y no 2.0b. Realmente no se pierde mucho en cuanto a resolución y formatos compatibles, pero sí el soporte al vídeo HDR, la estrella de los televisores actuales y de las pantallas de smartphones a medio plazo.

Aunque USB-C ya se encuentra en muchos terminales, no quiere decir que una actualización pueda activar la compatibilidad con el "HDMI Alt Mode", sino que tendrá que integrarse en nuevos terminales. Será una solución que hará muy cómodo el proceso de hacer mirroring a pantallas y si las marcas apuestan por ella, impulsar la ansiada convergencia.

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