"Necesitamos volver a ganarnos la confianza de los ciudadanos", afirma Zsuzsanna Jakab, directora regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa. La responsable de la OMS ha participado en la sesión inaugural del European Health Forum que se celebra estos días en Gastein (Austria), un congreso marcado por la incertidumbre y las consecuencias del Brexit. La responsable de la OMS señala que la única forma de reconstruir la credibilidad en la UE es reducir las desigualdades sociales.
A juicio de Jakab, las causas del Brexit no se deben a un ejercicio de mala comunicación por parte de la UE, sino que las injusticias socioeconómicas pueden estar detrás del apoyo mayoritario a la salida de Reino Unido. "Las políticas de austeridad sólo han mirado el lado económico, olvidando el componente de salud pública", comenta la portavoz de la OMS. La entidad no define salud como la mera ausencia de enfermedad, sino como un concepto complejo en el que también se integra el bienestar. "La austeridad debería evaluar la carga sobre los individuos, y no fomentar las desigualdades", añade Jakab.
"La salud y la equidad son decisiones políticas", afirma la directora general de la OMS para Europa. En su opinión, las injusticias sociales son una barrera importante para el desarrollo económico. Estas desigualdades no se han dado únicamente entre diferentes regiones del viejo continente, sino también dentro de los Estados miembro de la UE. Por este motivo, Jakab pide centrar la atención en las personas y analizar los determinantes económicos, sociales o ambientales que influyen en la salud pública. El impacto de las políticas de recortes en los sistemas de salud ha sido negativo, como recogían diversas publicaciones en The Lancet, International Journal of Health Services o un análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Martin Seychell, director general adjunto de Salud y Seguridad Alimentaria en la Comisión Europea, ha rechazado estas críticas. "La Unión jamás ha tenido una política de austeridad, sino que esta es el resultado de la insostenibilidad", afirma. El político califica este segundo problema como "la amenaza más grave" para el sistema de salud. Durante la jornada, Seychell ha dudado de que la Unión Europea atraviese una crisis de valores, añadiendo que debe permanecer comprometida con los Estados miembro en temas como la globalización. En su opinión, el gasto sanitario actual no es sostenible. En la rueda de prensa posterior, el portavoz de la Comisión ha señalado que el conjunto de la UE gasta más en un día de mantenimiento de los servicios de salud que en un año de prevención. Seychell comenta además que es importante apostar por este sector, caracterizado por ser un factor que promueve la no exclusión y la redistribución, y que emplea asimismo al 8% de los trabajadores europeos y genera el 10% del PIB total de la Unión Europea.
La representante del Ministerio de Sanidad de Austria, Pamela Rendi-Wagner, ha sido más crítica que su homólogo en la Comisión. "Una parte de la sociedad ha sentido que era abandonada por parte de sus Gobiernos y de la Unión Europea", explica. A su juicio, "podríamos haber olvidado y dejado atrás las caras del sistema, la gente", lamenta. La directora del Departamento de Salud Pública y Asuntos Médicos de Austria apunta que la salud, el empleo y la seguridad social son factores interrelacionados entre sí. El bienestar tiene un impacto importante sobre la economía y el mercado laboral, por lo que la UE cuenta ahora con una "ventana de oportunidad". No se debe hablar únicamente de los pacientes y de sus problemas médicos, sino también promover el debate sobre la salud pública entre la sociedad civil y la industria, por ejemplo. Es fundamental poner el foco "en la protección social y en la inversión sanitaria", añadió Jakab durante la rueda de prensa. Claves que permitirán integrar y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente de aquellos que sufren con mayor dureza la crisis económica.