Nueva proeza en el ámbito de la ingeniería. Los canadienses Cameron Robertson y Todd Reichert han conseguido batir el récord mundial de vehículos a tracción humana. La compañía Aerovelo que ambos fundaron ha sido la ganadora del World Human Powered Speed Challenge. Su bicicleta, que ha recibido la denominación de Eta, ha alcanzado la velocidad de 142 kilómetros por hora.
Aerovelo ha conseguido así el propósito que se propuso en 2013, cuando el holandés Sebastiaan Bowier batió el récord de este concurso de Nevada al superar los 133 kilómetros por hora. Tres años después, los ingenieros canadienses, que cuentan con el apoyo logístico de la Universidad de Toronto y de empresas como Google, han superado el desafío.
Contrarrestar la resistencia aerodinámica
La letra griega elegida, Eta, representa el concepto de eficiencia. Y no hay duda de que el vehículo lo es, pues la bicicleta más rápida del mundo ha ganado el encuentro que se celebra en Nevada desde hace 17 años. En este concurso, los participantes deben recorrer ocho kilómetros de la ruta 305 de Estados Unidos, aunque los jueces sólo evalúan la velocidad de los vehículos en un tramo de 200 metros.
Los ingenieros han utilizado técnicas computacionales para modelizar la dinámica de fluidos y el comportamiento de Eta en el circuito. Según sus cálculos, la bicicleta de Aerovelo debería haber mejorado un 1% los registros obtenidos el año pasado, cuando alcanzó los 139,45 km/h. El reto era sumamente complejo, ya que según los expertos, la mayor fuerza opuesta al desplazamiento del ciclista es la aerodinámica.
El 80% del total de fuerzas de resistencia se concentra en la resistencia aerodinámica cuando las bicicletas van a 30 km/h, aunque estas fuerzas son muy superiores a medida que aumenta la velocidad de los vehículos. Asimismo, existen otro tipo de resistencias que los investigadores analizan para mejorar el rendimiento de ciclistas o nadadores, por ejemplo. Una de ellas es la resistencia parásita, que presenta carácter superfluo y puede ser eliminada fácilmente, como sucede con el vello de los que practican natación. La segunda es la resistencia inducida, que no pueden quitarse de manera sencilla al comprometer la propulsión o la estructura vital: por ejemplo, la mano de un nadador o el cuadro de una bicicleta.
Aerovelo asegura también que, entre las mejoras desarrolladas de Eta, se encuentra el haber podido aumentar la eficiencia de la transmisión de la cadena para que exista una pérdida mínima de la potencia producida por el piloto de la bicicleta. También han incluido neumáticos especiales con los que reducir la resistencia de la rodadura y han mejorado la resistencia aerodinámica de los radios. De este modo el equipo canadiense ha tratado de minimizar al máximo las dos grandes fuerzas que se oponen al desplazamiento de cualquier ciclista: la que ocurre por el contacto de la rueda con el asfalto (denominada rozamiento en giro) y la que es ejercida por el aire (el rozamiento aerodinámico que mencionábamos anteriormente).
En el caso del rozamiento de giro, la intensidad de la fuerza de resistencia viene marcada por factores múltiples, en los que influyen, entre otros aspectos, el peso del ciclista y la bicicleta, el coeficiente de rozamiento, la presión o el diámetro de la rueda. La bicicleta Eta pesa 25 kilogramos y sus diseñadores también han cuidado el asiento donde va colocado el piloto de Aerovelo. Así han conseguido una posición ergonómica para el conductor de este curioso vehículo, al mismo tiempo que incrementaban al máximo la producción de energía y el posicionamiento de los componentes mecánicos.
El diseño de la bicicleta más rápida del mundo, que recuerda a cualquier bólido de antaño, es también clave para contrarrestar la resistencia del aire y batir el récord mundial de vehículos a tracción humana. Con una velocidad de 142 kilómetros por hora, la bicicleta fabricada por Aerovelo es una auténtica proeza de la ingeniería y de la física que causa admiración y sorpresa a partes iguales.