"No hay razón para preocuparse", explican desde el ICAO, "pero ya es hora de prepararse para unas condiciones meteorológicas excepcionales", explican desde la Organización Internacional de Aviación Civil, de la ONU. Según el último informe revelado por la agencia podemos esperar un recrudecimiento serio de algunas condiciones que podrían poner en apuros algunos vuelos y aeropuertos. Por ello, el informe insta a todas las instalaciones y compañías a prepararse para los siguientes treinta o cuarenta años. Pero, un momento, ¿de qué estamos hablando? Del cambio climático, por supuesto.
Qué podemos esperar de lo inesperado
El ICAO es una agencia de la Organización de las Naciones Unidas creada en 1944 dedicada a estudiar los problemas de la aviación civil internacional y promover los reglamentos y normas únicos en la aeronáutica mundial. Entre sus funciones se encuentra la de monitorizar la seguridad aérea en todos los vuelos, lo que incluye sin más remedio el aspecto meteorológico. La preocupación por los efectos del cambio climático en las condiciones físicas de nuestro planeta no hacen más que crecer. Por ello, no es de extrañar que en el último informe de la agencia se hayan despertado suspicacias con respecto a los mismos. Así, el ICAO ha querido advertir a todos los aeropuertos y compañías sobre los posibles efectos adversos que podrían sobrevenir en las siguientes décadas. Insistimos que los efectos no serán inmediatos, cosa complicada, aunque ya parece que estamos sufriendo algunos de los mismos, sino a medio y largo plazo.
También se espera un aumento severo de las turbulencias en la gran mayoría de trayectos a consecuencia de los cambios en las grandes corrientes
Pero, ¿cuáles son estos efectos? Es imprescindible dejar claro que la meteorología es una disciplina harto complicada y difícil de prever. En todos los sentidos. No existen modelos cien por cien fiables (si es que alguno es fiable). Pero los expertos apuntan a algunos efectos probables. En primer lugar está el descenso de visibilidad y aumento de nubes en los aeropuertos de Oriente Medio y Latinoamérica como consecuencia de una mayor humedad y calor. También se espera un aumento severo de las turbulencias en la gran mayoría de trayectos a consecuencia de los cambios en las grandes corrientes (o Jet Stream).
Estos mismos cambios también podrían afectar seriamente a la integridad de los aviones debido a las crecientes tormentas de arena o, incluso, a un descenso de temperaturas en las latitudes más altas. Tanto uno como otros efectos han de contemplarse en los planes de mantenimiento y diseño de las aeronaves. Además de ello, el ICAO ha señalado la inminente necesidad de prepararse contra una previsible subida del mar. Varios aeropuertos, especialmente en Noruega donde varias decenas operan por debajo del nivel del mar, explican. Tanto las maniobras como las instalaciones deberían tener en cuenta los cambios climáticos que no podemos prever pero sí esperar. Todo en pro de la seguridad de los pasajeros y operadores de vuelo.
Una llamada a la precaución
Es importante entender la intención del mensaje del ICAO, que no es ni mucho menos alarmar. La función de esta agencia es velar por la seguridad ciudadana en la aviación. Por tanto, no es de extrañar que lancen un mensaje de precaución ante unas condiciones adversas. Pero, si no tenemos claro qué va a pasar con el cambio climático, ¿por qué la alarma? Precisamente, porque no sabemos qué puede ocurrir. Como decíamos, los modelos meteorológico son del todo imprecisos. Es prácticamente imposible predecir qué ocurrirá en la misma semana. Ni qué decir tiene que hacerlo con respecto a años, no es viable. Sin embargo, los modelos climáticos, aunque con enormes fallos, son más concretos y nos permiten "esperar" ciertos cambios. Hasta el momento, los modelos que contemplan el cambio climático indican un recrudecimiento de algunos fenómenos que se traducirían en lo expuesto por el ICAO: corrientes de aire más turbulentas, cambios en algunos patrones de los jet streams, más tormentas de arena debido a la desertización y al cambio de corrientes, subida del nivel del mar...
Por ello, lo lógico es estar preparado para lo inesperado. Y eso ha dicho el ICAO, ni más ni menos. Porque cualquier plan de gestión de un aeropuerto, así como el diseño y mantenimiento de aeronaves, no se hace de la noche a la mañana. Especialmente a nivel logístico. Pero, ¿tendrá alguna consecuencia real o pretende ser un mero brindis al sol? Bueno, eso deberá decidirlo cada autoridad aérea local. No sabemos cómo nos afectará el cambio climático o en qué rangos de tiempo actuarán los diversos fenómenos. Ni si quiera qué fenómenos nos afectarán. Hasta la fecha, sin embargo, ya hemos vivido algunos de ellos, lo que nos indica que debemos ser precavidos ante lo que podría venir. No es cuestión de alarmarse, sino de estar preparados.