Hace una semana, la cadena NBC difundió la noticia de que los nadadores estadounidenses Ryan Lochte, Gunnar Bentz, Jack Conger y James Feiger habían sido víctimas de un asalto a mano armada mientras regresaban de una fiesta en Río de Janeiro.

Las inconsistencias en los relatos pusieron en duda la historia

La noticia fue un golpe duró para el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y para la imagen de Río en el mundo. La policía local se puso a la tarea de investigar y de dar resultados.

Las inconsistencias en los relatos de los cuatro nadadores y la ausencia de los mismos cuando debían declarar los hechos pusieron en duda la historia. Tal vez para los nadadores no fue gran cosa, pero el hecho tomó tanta importancia que una juez brasileña le prohibió la salida del país a Conger y Betz, e incluso hizo que las autoridades los bajarán del avión en el que pretendían regresar a casa.

El robo

Los nadadores aseguraban que al regresar de una fiesta la madrugada del domingo fueron detenidos por personas con distintivos policíacos que los obligaron a tumbarse en el suelo mientras les robaban sus carteras.

Veloso: "Son figuras públicas, que podrían influenciar a otras personas"

Poco después, el relato cambió a que habían sido asaltados en una gasolinera. Un vídeo de la gasolinera donde sucedieron los hechos sugiere que los nadadores tuvieron conductas vandálicas en el baño de la gasolinera donde, según testigos, rompieron una puerta y orinaron en el piso. Información recopilada por la policía dice que los empleados de la gasolinera les pidieron reparar económicamente los daños y que uno de ellos los amenazó a punta de pistola. Al parecer el altercado se resolvió cuando los deportistas le dieron a los empleados una cantidad desconocida de dinero.

YouTube video

La evidencia más fuerte aportada por la policía brasileña es la grabación de los deportistas cuando regresaron a la Villa Olímpica portando relojes, teléfonos y bromeando entre ellos.

El prestigio de Brasil vs. la imagen de Lochte

La duda queda, aunque las implicaciones son graves para ambos lados. Todos los ojos del mundo están mirando a Brasil, un país que hace unos años apuntaba a convertirse en una potencia, y que ha terminado esa ilusión a punta de escándalos de corrupción, violencia y crisis política.

Pese a este cóctel, el turismo en Brasil ha ido en aumento desde 2002, según cifras del Banco Mundial, año en el que recibió a 3.790.000 de turistas para alcanzar su punto cumbre en el Mundial de Fútbol de 2014 con 6.430.000 visitantes. De la imagen que Brasil logre proyectar al mundo depende la recuperación de los 4.6 mil millones de dólares que ha invertido en la organización de los Juegos Olímpicos.

Ante los incidentes, el oficial a cargo de la investigación, Fernando Veloso ha dicho:

Estamos tratando con gente importante, figuras públicas, que podrían influenciar a otras personas.

 Jamie Squire
Jamie Squire

Por el lado de Lochte y sus colegas, en caso de que la historia resultara una mentira, los atletas perderían credibilidad, que en términos de imagen y dinero significa mucho.

Lochte recibió dos millones de dólares en Londres 2012

Ryan Lochte es después de Michael Phelps el nadador estadounidense más conocido. Como muchos atletas, la mayor parte de los ingresos de Lochte viene de patrocinios. Por poner una cifra, Lochte recibió dos millones de dólares en apoyo por parte de marcas como Nissan, Speedo, Gatorade, Ralph Lauren y AT&T en Londres 2012.

Para el primerizo Gunnar Betz el desacierto podría ser fatal: estos son los primeros Juegos Olímpicos en los que participa después de una larga carrera en la natación que comenzó desde que tenía tres años.

La policía brasileña continua las investigaciones, mientras el FBI ha comenzado una propia. Patrick Sandusky, el vocero del Comité Olímpico Estadounidense, se ha limitado a apoyar a los deportistas y asegurar que cooperarán con las autoridades.