Rafael Cabrera es un periodista mexicano que forma parte del equipo de Aristegui Noticias. Uno de sus trabajos más destacados fue la investigación de la Casa Blanca del presidente Enrique Peña Nieto hace menos de dos años. Más recientemente ha sido parte del equipo que ha publicado la investigación sobre el plagio de la tesis del mismo Peña Nieto.
Por otro lado, hoy ha salido a la luz un grave problema de seguridad de iOS que permitía instalar una peligrosísima herramienta de espionaje en los iPhone de una forma absurda: con un enlace-cebo que el propietario del iPhone debía pulsar. Un simple enlace-trampa que se hiciese pasar por quien no era tenía la capacidad de instalar esta herramienta, llamada Pegasus, y dejar el terminal bajo control remoto del atacante.
Pues bien: Cabrera fue víctima de un intento de espionaje con Pegasus hace justo ahora un año, cuando unos supuestos mensajes de UnoTV, el servicio de Telcel que envía noticias vía SMS, llegaron a su terminal. Curiosamente, con enlaces que tocaban un tema que a él le afectaba de pleno, ya que se vio inmerso en las investigaciones de las que hablaba.
Me han llegado estos dos supuestos mensajes de UnoTV desde este número: (55) 6106 7277. No es gracioso pic.twitter.com/JXZbXQAzOv
— Rafael Cabrera (@raflescabrera) 30 de agosto de 2015
UnoTV desmintió en su momento que estos mensajes hubiesen salido de sus servidores, y ahora Citizen Lab, quien ha dado la voz de alerta sobre la mecánica y peligrosidad de esta herramienta, ha confirmado que Cabrera fue objeto de ataque, o al menos de intento, de alguien con Pegasus entre manos.
La pregunta es: ¿quién?
Pegasus es la herramienta, pero está claro que alguien con nombre y apellidos, bien como particular o bien como institución, ha tenido que hacer uso de ella y sobre todo apuntar a una persona en concreto: Rafael Cabrera en este caso.
Lo inquietante aquí es que NSO es quien está detrás de Pegasus, un grupo de espionaje israelí especializado en herramientas como esta. Y Wall Street Journal ya publicó en 2014 sobre NSO, así como sobre algunos de sus clientes, entre los cuales se encontraba el Gobierno mexicano.
No existen pruebas, pero sí hay una relación clara entre que Cabrera fuese un objetivo de alguien tratando de espiar su teléfono (lo cual, en 2016, equivale a "su vida, personal y profesional"), y su trabajo como periodista, el cual está repleto de incómodas investigaciones que involucran al mismo presidente de México, a la primera dama Angélica Rivera, a colaboradores cercanos y a titulares de empresas con las que el Gobierno mexicano pacta millonarios acuerdos.