El reportaje que revela que la tesis del presidente mexicano Enrique Peña Nieto ha agitado las aguas una vez más. Pese a que muchas personas no consideran grave ni relevante el hecho, este es un escándalo más que nos habla de la calidad ética de nuestros gobernantes.
Aún cuando medios internacionales han priorizado la noticia, no se puede negar el silencio de los medios tradicionales mexicanos. La nueva titular del noticiero más visto de la televisión mexicana, Denise Maerker, no hizo mención del caso y en ningún diario de circulación nacional la noticia apareció en primera plana a excepción del Reforma el día lunes 22 que dedico un pequeño recuadro al tema.
Por otro lado, los medios digitales no paran de hablar del tema y es la principal polémica en redes sociales, en gran parte por los personajes involucrados. Carmen Aristegui y la unidad de investigación que dirige develaron el escándalo de La Casa Blanca que la primera dama había comprado al grupo contratista favorito del Gobierno de Peña Nieto, Grupo Higa.
Poco después de estas revelaciones, Aristegui y su equipo anunciaron una alianza con Wikileaks México, algo que la radio difusora en la que estaba en ese momento denunció desconocer y aseguró que era “un abuso de confianza” por parte de la comunicadora. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras y la misma Aristegui acusaron que se trataba de “una venganza política.”
En una entrevista radiofónica el asesor de tesis de Peña, Eduardo Alfonso Guerrero, y ahora Magistrado del Poder Judicial de la Ciudad de México, atribuyó todo a errores en la impresión de la tesis.
Mientras pasa el tiempo, el Gobierno no ha dado otra postura que llamarle “errores de estilo” al 29% de la tesis que es idéntica a pasajes de otros autores, mientras la Universidad Panamericana, una universidad privada fundada por el Opus Dei, ha dicho que revisará la tesis del presidente.
El juego de las capas
Escándalo tras escándalo, Peña Nieto ha estado caracterizado por una serie de inconsistencias durante toda su carrera política. El reportaje ahora nos revela que como estudiante de Derecho se saltó las normas de la universidad donde estudiaba, faltando a la ética no sólo académicamente, también en su profesión como abogado.
Los libros son el principio y el fin de Peña Nieto, desde que en la Feria del Libro de Guadalajara presentó un libro que presume de su autoría México: la gran esperanza de editorial Grijalbo donde empezaron los escándalos relacionados al nivel intelectual del presidente cuando este fue incapaz de nombrar tres libros que le marcaron la vida sin confundir títulos y autores.
A ese escándalo le siguió el del tweet de su hija, Paulina, que llamó a los detractores “bola de pendejos" y "prole”. La desaparición irresoluta de los 43 normalistas de Ayotzinapa, las ejecuciones extrajudiciales de Tanhuato y Tlatlaya. El incremento de la violencia en el país y los recientes escándalos de contratistas Grupo Higa y Pierdant, por nombrar algunos.
A más de 24 horas de las revelaciones, el Gobierno mexicano ha decidió restarle importancia al hecho y desmerecer el trabajo periodístico del sitio web Aristegui Noticias, optando por la estrategia que distingue a este Gobierno: tapar un escándalo con otro escándalo.