Los exvotos son agradecimientos para las deidades. Incluso cuando se han encontrado muestras de ellos en prácticamente todas las civilizaciones antiguas, pocos tienen la picardía y el surrealismo de los exvotos mexicanos, donde seres de todas las naturalezas conviven.
Los exvotos mexicanos son representaciones del arte popular, se trata de pequeños dibujos que son donados a las iglesias como un agradecimiento por algún favor recibido o para documentar un milagro religioso perpetuado por un santo, una virgen o un ángel.
En ellos se pueden encontrar todo tipo de historias, desde agradecimientos por haber sobrevivido a una herida, una enfermedad o un accidente, hasta relatos de visitas de seres paranormales o extraterrestres.
La Basílica de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México tiene un museo dedicado a ellos donde lleva a cabo una laboriosa clasificación y conservación. También San Juan de los Lagos en Jalisco y El Santuario del Santo Niño de Atocha en Zacatecas son sitios populares para quienes desean ver los exvotos.
Estos pequeños dibujos están tan arraigados a la cultura que incluso artistas como Frida Kahlo o el Dr. Atl hicieron versiones propias inspiradas en la tradición.
Los exvotos fueron sumamente populares desde la época colonial hasta la década de los ochenta, ya que poco a poco han sido reemplazados por copias fotoestáticas, fotografías, recetas médicas y objetos como prótesis, trofeos, títulos profesionales, muletas, entre otros.