Las ciudades del futuro cambiarán de forma radical el diseño de los vehículos, que serán, salvo sorpresa, eléctricos y totalmente autónomos. Pero además, estarán conectados con la gran urbe en una especie de simbiosis casi perfecta donde la convivencia fluirá de forma natural.
En un futuro próximo la funcionalidad de los vehículos también cambiará por completo a pesar de que seguirán cumpliendo su objetivo principal: transportar personas. Los nuevos medios de transporte deberán adaptarse a los nuevos sistemas urbanísticos de las ciudades del futuro: ¿seguirán las carreteras con su forma y sentido actual? ¿Prevalecerán los peatones frente a los vehículos? ¿Cuál será la diferencia entre transporte público y privado? ¿Y entre el individual o colectivo?
Para poder abordar todas estas cuestiones, los diseñadores idean los vehículos a través de un análisis exhaustivo de los comportamientos y las problemáticas actuales que les permite determinar las futuras tendencias de movilidad. ¿Cuál es la formación que reciben estos profesionales que deben plantear los nuevos sistemas de transporte?
El transporte necesita una adaptación a las necesidades de las personas
Los estudiantes del Título Superior en Diseño de Transporte del IED Barcelona Escuela Superior de Diseño, han colaborado con SEAT para diseñar los nuevos sistemas de movilidad para el año 2035. Para ello, se han anticipado y han detectado las problemáticas actuales, cómo es el comportamiento de la sociedad en relación con las grandes urbes y cuáles son las necesidades que tendremos en un futuro próximo. De esta manera, han podido determinar las nuevas tendencias de movilidad.
La colaboración establecida entre SEAT y la escuela es muy importante para ambas instituciones. La empresa automovilística ofrece la oportunidad a los estudiantes de desarrollar propuestas a problemáticas reales mientras que los alumnos son una inyección de creatividad e innovación para los equipos de diseño de SEAT.
Entre las propuestas no sólo se encuentran coches futuristas con diseños que dejan la boca abierta sino que se plantean un cambio de paradigma en la concepción de la ciudad del futuro con una nueva organización, sistemas de transporte tecnológicos y una distribución urbanística mucho más eficiente.
En 2050 se estima que el 90% de las personas vivan en grandes ciudades
El resultado son unos proyectos que proponen soluciones a los problemas urbanísticos actuales, tales como la gran cantidad de vehículos, los atascos o el negativo impacto visual que estos generan.
Algunas de las propuestas presentan nuevos servicios de transporte que mediante Big Data analizan las demandas de los usuarios para ser transportados al destino deseado, sistemas de transporte que se conciben como nuevos espacios de socialización o soluciones que integran el vehículo como parte del mobiliario urbano. Incluso, se proponen alternativas urbanísticas que plantean una nueva organización de la ciudad con sistemas de transporte adaptados a ellas para disminuir la cantidad de vehículos y ofrecer una distribución vial más eficiente.
Los vehículos que veamos en los próximos años estarán totalmente integrados en las futuras ciudades inteligentes, que controlarán todos sus movimientos para que la convivencia entre peatones y vehículos sea transparente.
Actualmente, la gran mayoría de fabricantes de automóviles están participando activamente con proyectos de renovación urbanísticos. Los vehículos del futuro deben estar estrechamente unidos a los cambios sociales y culturales que transforman la ciudad. Por esta razón, se requiere que el diseñador tenga una gran capacidad de análisis y una buena visión de futuro para determinar los nuevos comportamientos de la sociedad urbana y diseñar los vehículos que satisfarán las necesidades de los usuarios de 2035.
El incremento de la población en las ciudades, el aumento de contaminación o las nuevas conductas de comportamiento colectivo con la llegada de nuevas tecnologías, son factores claves para entender el devenir de las ciudades. Por ejemplo, una problemática común en todas las ciudades es el impacto estético negativo que supone ver miles de coches aparcados. De nada sirve diseñar ciudades si los coches aparcados rompen la armonía, éste es un punto de mejora muy importante que han de asumir los diseñadores. ¿Cuál es la solución, crear más aparcamientos o los camuflamos gracias a la tecnología que veremos en el futuro? Los estudiantes del IED Barcelona se han cuestionado este aspecto y han presentado increíbles propuestas en las que el vehículo será visible cuando se quiera ser transportado en él.
Al mismo tiempo, los diseñadores deben afrontar otras cuestiones como ¿qué pasará con las motocicletas?, ¿qué sucederá con los aviones o los barcos? Independientemente del medio por el que se tenga que desplazar una persona (terrestre, acuático o aéreo), el diseño para transportar productos o personas requiere una visión amplia y transversal que se adapte a las necesidades futuras. Un trabajo nada fácil que deben afrontar los diseñadores de ahora para encontrar las soluciones de las ciudades del mañana.