Qualcomm ha sido uno de los grandes referentes de la revolución móvil nacida a raíz del smartphone. No sólo ha destacado por ser el mejor fabricante de módems del mercado, ámbito en el que sigue creciendo y demostrando su valor año a año, sino que también se consolidó en el duro mercado de los chips móviles. Tras un duro 2015 originado por los problemáticos Snapdragon 615 y Snapdragon 810, 2016 está siendo buen año de la mano de los Snapdragon 820 y Snapdragon 650/652.

Pero lo mejor, como suele ocurrir con la empresa de San Diego, estaba reservado para el final del año: tiene cuatro núcleos Kryo (la evolución de Krait) y se llama Snapdragon 821. A falta de que la prensa lo pruebe, parece que su efecto en el mercado será similar al que dejó el Snapdragon 801 frente al 800: gran chip, pero sin mucha ventaja sobre su predecesor. El Snapdragon 821 "sólo" mejora en un 10% al 820, un número que muestra un progreso más bajo que en otras generaciones, donde se alcanzaban sin problemas cifras como 30% ó 40% de mejoría.

Qualcomm-Snapdragon

Para conseguirlo, la fabricación del chip se ha efectuado en un proceso de 14 nanómetros, estrenado en la generación anterior. Eso sí, frente a esta, el Snapdragon 821 pasa de 2.1 GHz a 2.4 GHz. En cuanto a módem, parece que, de momento, el X12, que también integra el 820, es más que suficiente para cualquier tarea demanda, y es que puede realizar descargas de hasta 600 Mbps, o bien mejorar el sonido de las llamadas con Ultra HD Voice.

La presentación por parte de Qualcomm coincide, como todos los años, con las nuevas oleadas de terminales. Por ello, es más que posible esperar que una de las variantes del Samsung Galaxy Note 7 llegue equipado con el nuevo chip móvil que, unido al lector de Iris, volverán a hacer que el teléfono enorme por antonomasia domine en el mercado por encima de la inclusión del S-Pen o de la valoración del tamaño a priori del público. El apartado gráfico, con una GPU Adreno a la cabeza, también ayudará a mejorar el desempeño general de los terminales, en la lucha por conseguir resolución 4K con fluidez.

El lento avance en esta generación no parece que vaya a disminuir el ritmo con el que crece la realidad virtual, tanto en soluciones como la que ofrece Samsung con sus Gear VR, como otras que pueden surgir a lo largo del año. La nueva arquitectura A73 de ARM muestra ya plenamente cómo será el camino a seguir: mobile, inversivo y más nítido que nunca.

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