Han pasado más de 100 años desde que Henry Ford revolucionara el concepto de creación de vehículos con la primera línea de montaje, una idea que cambió por completo la fabricación de vehículos. Ahora llegan nuevos tiempos, nuevas tecnologías y las mentes deben estar preparadas para acoger a los robots de una forma más cercana porque robots y humanos van a tener que trabajar juntos.
Las primeras pruebas se están realizando en planta de montaje de Ford en Colonia (Alemania), una sede que está formando parte de las investigaciones de la compañía en materia de Industria 4.0, un término acuñado para describir una cuarta revolución industrial que incorpora automatización, intercambio de datos y tecnologías de fabricación. Más de 1.000 operarios han dado su opinión para poder determinar las tareas en las que los nuevos robots pueden ayudar de una forma más notoria.
Ford se adentra en nuevos terrenos que exploran el modo en que colaboran los operarios y los robots para fabricar vehículos.
Estos robots colaborativos, llamados de forma interna como cobots, están siendo utilizados para instalar amortiguadores en unidades del Ford Fiesta, una tarea que requiere una altísima precisión, fuerza y un alto nivel de destreza. Robots y humanos trabajan codo con codo para asegurar que cada pieza se ajusta a la perfección cada vez.
Los robots miden un metro de altura y están ubicados en dos estaciones de trabajo. Los operarios ya no tienen que manejar el pesado amortiguador y la herramienta de instalación. Ahora los operarios pueden utilizar el robot para levantar y colocar automáticamente el amortiguador en el arco de la rueda antes de pulsar un botón para completar la instalación.
Los cobots están equipados con sensores de alta tecnología y se detienen inmediatamente si detectan un brazo o incluso un dedo en su trayectoria, garantizando la seguridad del trabajador. Una tecnología que ya se emplea en el sector farmacéutico y de la electrónica. Tras más de dos años de desarrollo, el proyecto ya está en la fase de pruebas reales y solo quedarán unos pocos años para que las fábricas vean cómo robots y humanos trabajan en conjunto para hacer coches de mayor calidad, con menor esfuerzo y de una forma mucho más tecnológica.