Desde que el mundo es mundo, la mayoría de las sociedades humanas se han erigido sobre diversas variaciones del heteropatriarcado. La posibilidad de una mujer como cabeza de Gobierno o de Estado sigue siendo remota en muchas partes del globo.
No solo como líderes. A nivel mundial, menos del 23% de los parlamentarios del planeta son mujeres. Solo en Ruanda (56%), Andorra (50%), Cuba (49%) o Suecia (47%) las mujeres se acercan o sobrepasan la mitad de sus miembros electos.
Leyes contra la regencia femenina, antiguas democracias donde las mujeres no podían votar, y mucho menos hacer de candidatas, hasta los prejuicios abiertos y ocultos de parte del electorado, mujeres incluidas, que recelan de una mujer como líder. Suiza ha tenido seis presidentas a lo largo de su historia, pero varios de los países más poblados del mundo como China, Estados Unidos, Japón o Nigeria, no han tenido nunca una líder electa. Aún hay mucho camino por recorrer.
Punto álgido histórico
Estamos en 2016, y parece que por fin la cosa está cambiando. Con 22 países con una jefa de Gobierno o jefa de Estado actualmente incluyendo a Theresa May, que será, si nada cambia, la próxima primera ministra de Reino Unido. La candidata de la oposición británica seguramente sea Angela Eagle, y en Escocia manda Nicola Sturgeon. En la Europa continental, Anne Hidalgo lleva las riendas de París, su ciudad más importante, mientras que Marine Le Pen es seria candidata a presidenta de la República de Francia. En Alemania Angela Merkel se prepara para su cuarto mandato quinquenal, y de ser elegida habría liderado el ejecutivo de la Bundesrepublik durante 20 años.
Clinton, Merkel, Le Pen y May son serias candidatas a gobernar la 1ª, 4ª, 5ª y 6ª potencia. El G7 podría tener más mujeres que hombres (Japón, Italia, Canadá) en 2017
Italia va a unas próximas elecciones en breve, y los 6 candidatos de los principales partidos serán hombres si nada cambia. En España, aunque hay mujeres en puestos importantes a nivel regional, los partidos son liderados por hombres a nivel nacional.
Dando una vuelta por otros continentes, vemos a Michelle Bachelet, Dilma Fernández Rousseff y Cristina Fernández sustituidas en los dos últimos años en una Sudamérica que aún así, es uno de los continentes con mejores datos recientes de presidentas y primeras ministras.
Mucho por delante
En América del Norte las cosas están peor. A pesar de tener varias gobernadoras generales (una suerte de equivalente moderno al virreinato en la Commonwealth), solo hubo una primera ministra, Kim Campbell, que logró gobernar durante 4 meses en 1993. Ni México ni Estados Unidos han puesto aún una presidenta en la Los Pinos o en la Casa Blanca.
Mala nota para México, Estados Unidos, China y África en general. En Italia o España ninguno de los principales candidatos es mujer
El verdadero reto para la igualdad sigue siendo África. El continente más joven del planeta ha tenido menos de 20 mujeres liderando sus países y naciones en la historia documentada. Cleopatra VII al morir en el año 30 AC, fue la última faraona de Egipto, que vio pocas mujeres ocupar el trono en alguna de sus múltiples dinastías antes de ser incorporado definitivamente en el Imperio Romano. La primera fue Sobekneferu, que gobernó desde el 1806 al 1802 AC, y fue la primera cabeza de Estado en la historia documentada.
Pasarían casi 4000 años desde Sobekneferu hasta que en 1940, Khertek Anchimaa-Toka fue elegida presidenta de la extinta República Popular de Tannu Tuvá. En 1953, al sur, en la independiente República Popular de Mongolia, otra mujer la sucedía como segunda mujer electa: Sükhbaataryn Yanjmaa. A partir de ahí empezaría a cambiar todo.
De Golda Meir en Israel, pasando por Thatcher en Reino Unido, a la controvertida Indira Ghandi en la India o la improbable Benazir Bhutto en Pakistán en 1988, la primera mujer electa en un país de mayoría musulmana, y que moriría asesinada en un atentado en 2007. Se ha avanzado mucho, pero queda tanto por recorrer.