bañarse en el mar

Jerry Angelica (Flickr)

La lluvia puede arruinarnos un día de playa. Lo que es menos conocido es que, después de la tormenta, puede ser peligroso bañarse en el mar. Y no sólo porque el estado del mar no sea el apropiado, con fuertes resacas y aguas revueltas. Cuando hay bandera roja en la costa, el baño está prohibido, como recuerdan desde el Parque Natural Cabo de Gata. Pero, ¿por qué puede ser tan arriesgado hacerlo?

Si llueve con mucha intensidad, el agua de lluvia puede juntarse con las aguas residuales colapsando los colectores

Uno de los efectos de los temporales de lluvia es que los colectores de agua se colapsan, como demuestra la situación ocurrida en Badalona (Barcelona) que recogió TV3. El resultado, que hemos visto muchas veces en la playa, es el siguiente: un montón de porquería puede llegar a acumularse sobre la arena y el mar, un problema que afecta por igual a turistas y pescadores, entre otros. La razón es que, si llueve con mucha intensidad, el agua de lluvia puede juntarse con las aguas residuales colapsando los colectores. Es entonces cuando las aguas fecales, en lugar de ir hacia la depuradora, son enviadas al mar. Una situación, según una fuente consultada por Hipertextual, "muy habitual" en toda la cuenca mediterránea, dado que, en general, las redes en este país son unitarias".

Los residuos no son los únicos que contaminan la playa. A pesar de que los servicios municipales puedan limpiar la arena, hay una contaminación que no se ve. Las aguas fecales pueden contener en su interior peligrosas **bacterias, como Escherichia coli o Enterococcus intestinales, cuya concentración aumenta progresivamente tras una tormenta. Si las tasas de contaminación microbiana son elevadas, las autoridades pueden llegar a prohibir el baño estableciendo bandera roja. Estos niveles están regulados mediante el Real Decreto 1341/2007, de 11 de octubre, sobre la gestión de la calidad de las aguas de baño, que transpone a su vez la regulación europea en esta materia.

bañarse en el mar
Katgrigg (Wikimedia)

Cuando las aguas fecales ya no caben en el colector, en lugar de ir hacia la depuradora, son enviadas al mar, contaminando las aguas y la arena

La contaminación microbiológica es muy común tras una tormenta, como demuestra la prohibición de bañarse en el mar en lugares tan variopintos como la playa de El Reducto en Lanzarote, la costa de A Cabana en Galicia, la de Poniente de Águilas en Murcia o incluso la costa de Riviera Maya en México. Los problemas de vertidos marítimos también han afectado a Reino Unido o Brasil. Por otro lado, en las playas que hayan obtenido bandera azul, se cumplen una serie de criterios que también incluyen aquellos relacionados con la calidad de las aguas de baño, que deben ser evaluadas como mínimo una vez al mes. En el resto de casos, las administraciones públicas evalúan la concentración bacteriana en el mar de forma periódica, por lo que es fundamental seguir sus recomendaciones.

"Si las playas superan los límites de contaminación se observa en los bañistas un mayor índice de presencia fundamentalmente de gastroenteritis y otitis, aunque son casos esporádicos", explicaba a La Vanguardia Miguel Delgado, director científico del Consorcio de Investigación Biomédica de Epidemiología y Salud Pública (CIBERSEP). En ocasiones mucho menos frecuentes, las bacterias pueden ocasionar la muerte, especialmente si los pacientes sufrían problemas de salud anteriores, como le ocurrió a un surfista en San Diego (Estados Unidos) el año pasado. Por ello es preferible evitar bañarse en el mar después de una tormenta y, sobre todo, seguir las recomendaciones de las autoridades.

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