El Massachusets Institute of Technology (MIT) es una de las instituciones académicas más importantes del mundo. En aquellas paredes no solo se han formado mucho de los líderes de la actualidad, sino también se han creado alguna de las principales innovaciones y productos de la historia.

El hardware electrónico del Apolo 1 —conocido por convertirse en uno de los primeros accidentes espaciales de la historia— también fue originado y desarrollado en aquellas paredes, las del MIT. Concretamente, fue el Laboratorio Draper, el cual, durante la época de los sesenta, estaba vinculado al MIT bajo el nombre de MIT Instrumentation Laboratory.

El nombre de aquel primitivo ordenador era “Apollo Guidance Computer”, y contaba con unas prestaciones sorprendentes considerando los estándares de la época. Su memoria RAM contaba con unos 4096 bytes de capacidad, mientras que la memoria ROM estaba compuesta por unos 73 kilobytes (ambas con un tamaño de palabra de 16 bits). Su procesador funcionaba a una velocidad 2 MHz.

El procesador principal contaba con cuatro registros de almacenamiento principales, conocidos como “registros centrales”. Ahí se encontraban el acumulador y el contador de programa, además de dos registros destinados a algunas de las instrucciones determinadas del procesador.

Apollo Guidance Computer

Además de estos cuatro registros de memoria principales, la unidad de procesamiento AGC contaba con más de diez registros de memoria auxiliares. Ahí se encontraban algunos como el IN y el OUT, empleados para la entrada y la salida de datos desde el procesador.

Aquella unidad de computación —dos por cada nave, en realidad— destacaba también por ser una de las primeras en emplear circuitos integrados en su construcción, lo que permitió reducir el tamaño global de la computadora y, de forma paralela, aumentar las capacidades técnicas de la máquina. A pesar de ello, el peso de la unidad superaba levemente los 30 kilogramos de peso.

El Apollo Guidance Computer también contaba entre sus innovaciones con un interprete de software muy avanzado para la época —desarrollado también en el MIT Instrumentation Laboratory—. Esto permitió, entre otras cosas, maximizar el número de operaciones y las posibilidades de aquel rudimentario hardware. De hecho, muchas de las innovaciones y técnicas aplicadas en el desarrollo del software del Apollo Guidance Computer han servido como base para la programación de la actualidad.

Con el paso de los años, el ordenador que llevó el hombre a la luna y que guió las misiones Apolo quedó obsoleto. Cualquier smartphone actual —o incluso smartwatch— es capaz de ofrecer el mismo rendimiento que aquel rudimentario computador. No obstante, el legado que dejó aquel rudimentario computador en la industria tecnológica y espacial siempre será eterno.