Que las cosas en las oficinas de Evernote no iban bien es algo que se sabe desde hace mucho tiempo. La aplicación de notas se ha enfrentado al momento crucial en la vida de un servicio que, a primeras luces, ha sido gratuito: la monetización. ¿Cómo convences a los usuarios que utilizan las opciones gratuitas para que se pasen al medio de pago? Evernote sigue buscando la respuesta, mientras pasa por un desierto de ideas, y por el camino se está encontrando a toda una masa enfurecida por las decisiones tomadas hasta la fecha.

En octubre del año pasado el nuevo CEO de la compañía, el ex Google Chris O’Neill, anunciaba el despido de 47 empleados y el cierre de tres oficinas; nada que afectase a los usuarios. En principio. Sin embargo, en un proceso de expansión y crecimiento "diferente" anunciado por el CEO se podía leer entre líneas sus intenciones. Y aquí, los usuarios sí eran el elemento esencial. Empezaron limitando las funciones gratuitas elementales y añadiendo gran cantidad de publicidad. Esa escalibilidad inicial que intentan lograr las tecnológicas, atrayendo a usuarios como moscas a la miel con servicios gratuitos, ya no interesaban. Era el momento de ganar dinero: mucho y rápido, a ser posible.

Evernote limita el uso de la aplicación a dos dispositivos para los usuarios que no tienen un plan de pagoUnos meses después se ha visto una nueva vuelta de tuerca a la estrategia de Evernote. Y aunque no sorprenda a nadie, puesto que esto ya estaba avisado, a muy pocos les ha gustado. En un comunicado en su página oficial, Evenote anunciaba un cambio en todos los planes de suscripción con el objetivo de "crear el Evernote del mañana", si es que llegan a mañana. Evernote Plus y Premium, las cuentas de pago, suben su cuota mensual 1 dolar aproximadamente. Y hasta aquí bien, los usuarios de pago ya lo son, y muy probablemente no lo dejen de ser. Evernote ha seguido la máxima de que muchos de ellos, aprovechando el máximo rendimiento de la aplicación y utilizándola para gran parte de su actividad diaria, no cambiarán de sistema por pereza. Un dolar o un euro más son perfectamente asumibles.

Sin embargo, y como ya pasase en la anterior actualización, la vendetta ha sido contra los que siguen empleando la herramienta gratuita. Esta seguirá siendo gratis, avisan, pero con matices: tendrá un uso aún más limitado. Solo permitirá sincronizar notas en dos dispositivos, cuando antes era ilimitado. Un espacio disponible de 60MB y un sin fin de pop-ups y publicidad (que los usuarios ya llevan sufriendo desde hace tiempo).

No es nada descabellado para una herramienta que está buscando su rentabilidad y lucha para seguir operando y pagando sueldos. Y es algo que se empezará a ver cada vez más; muchas compañías están madurando y vivir únicamente de los fondos millonarios de los inversores no es una posibilidad a largo plazo.

La ira de Internet

Era de esperar. Ha empezado en el foro que Evernote tiene abierto para las dudas y quejas de los usuarios y ha seguido en redes sociales.

Páginas y páginas de foros y tuits que en el que los usuarios, que nunca han pagado nada por el servicio, increpan a la compañía que saque los réditos de los usuarios que sí abonan su cuota. Comentando, además, que servicios como los de Apple o Google no cobran a sus usuarios. La cuestión es que estos tienen otras actividades con las que complementar ingresos y Evernote no. Mala suerte.

A raíz de esto, cientos de usuarios han anunciado que harán las maletas y se marcharán a OneNote, o similares, para lo cual Evernote facilita exportar todos los datos acumulados. Porque, después de todo, los usuarios gratuitos dan igual. El interés está en los de pago.

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