Jordi Évole comenzó ayer su intervención en ***Salvados*** afirmando que "la ciudadanía estaba un poco harta". La sensación de hartazgo o cansancio político, manifestada por votantes tanto dentro como fuera de España, planea en el aire a menos de cuatro días de que dé comienzo la campaña electoral.
Una clase política incapaz de lograr pactos viables genera un "síndrome de desafección"
La convocatoria de [elecciones del 26 de junio]( http://hipertextual.com/tag/elecciones-espana-2016), tras el fracaso en las negociaciones para investir presidente de Gobierno, ha provocado un “cierto desgaste público”, en palabras de [Pablo Simón]( https://twitter.com/kanciller), profesor de la Universidad Carlos III de Madrid y editor de [Politikon]( http://politikon.es/).
Dicho desgaste va dirigido hacia una “clase política incapaz de pactar”, lo que a su vez genera un “síndrome de desafección”, por el que baja el interés político, se reduce la valoración de las instituciones y de los representantes públicos.
¿Cansancio político = mayor abstención?
El debate en Salvados que enfrentó a Pablo Iglesias y Albert Rivera es buena prueba de ello. Al contrario de lo que sucedió en los comicios del 20 de diciembre, el programa concentró frente al televisor a dos millones de personas menos. La bronca discusión entre los líderes de Podemos y Ciudadanos lleva a preguntarse si lo que se consideró como “nueva política” ha podido envejecer en menos de medio año. ¿Hace tanta mella el cansancio político? Según el sociólogo [David Redoli]( http://compolitica.com/acop/sobre-acop/consejo-directivo/david-redoli-morchon/), presidente de la [Asociación de Comunicación Política]( http://compolitica.com/) (ACOP), es preferible utilizar el término “desafección” antes que “cansancio político”. El experto comenta a Hipertextual que la repetición de los comicios de la Comunidad de Madrid y de Asturias generó un “descenso en la participación”, que podría explicarse por un “efecto de cansancio”.
Los ciudadanos no querían repetir elecciones, pero tampoco eran partidarios de ninguna de las opciones de gobierno
¿Ocurrirá lo mismo el próximo 26 de junio? **Berta Barbet*, editora de Politikon* y profesora en la Universitat de Barcelona especializada en comportamiento político y opinión pública, sostiene que aunque sea cierto que “el fracaso de las negociaciones puede haber provocado cierta frustración, esto no tiene por qué traducirse en un hartazgo en la política”. Según explica a este medio, “otros ciudadanos también podrían estar satisfechos con que sus partidos se hayan mantenido fieles a sus principios, o pensar que cada vez hay más en juego”. Aunque la politóloga coincide con los otros dos especialistas en que “la sensación es que los ciudadanos no querían repetir elecciones”, tampoco es que fueran especialmente partidarios de ninguna de las opciones de gobierno que había sobre la mesa después del 20-D.
En ese sentido, Simón apunta que “se ha incrementado el pesimismo”. Sin embargo, el impacto que este posible cansancio o desafección pueda tener en las elecciones del 26-J es incierto. “Hay que ser muy cautos. Si se observa una reducción de la participación puede estar conectada con esto. Pero la participación tampoco fue histórica en diciembre, como se preveía. Así que igual no baja tanto”, destaca el experto. Barbet plantea otro posible escenario: además de una mayor abstención, el hartazgo tras el fracaso en las negociaciones “podría traducirse en un voto más estratégico a favor de los partidos que se considere tienen más opciones de formar gobierno”. El gran problema es que, aunque no sólo se han repetido comicios en España, “hay muy poca literatura del efecto de las elecciones anticipadas sobre el comportamiento electoral”, comenta la politóloga.
¿Quién saldrá beneficiado?
Las encuestas realizadas hasta la fecha apuntan que el Partido Popular volverá a ganar los comicios del 26 de junio. La gran incógnita es si Podemos superará en número de votos y escaños al PSOE, un adelantamiento que ha sido bautizado en los medios de comunicación como ‘sorpasso’. A juicio de Simón, “parece que el electorado de izquierdas puede ser más vulnerable” y, en particular, los votantes socialistas “están menos movilizados”, tal y como ha reconocido el propio [Pedro Sánchez]( http://hipertextual.com/tag/pedro-sanchez) en una entrevista esta mañana en la [Cadena SER]( http://cadenaser.com/programa/2016/06/06/hoy_por_hoy/1465195717_347503.html).
La coalición de Unidos Podemos "sí puede tener un efecto importante por el efecto mecánico de sumar los votos con este sistema electoral"
Para Barbet, “el escenario electoral ha cambiado un poco, no sólo por la [coalición entre Podemos e IU]( http://hipertextual.com/2016/05/podemos-iu-propuestas-ciencia), también por el hecho de que Ciudadanos y PSOE llegaran a un [pacto de gobierno]( http://hipertextual.com/2016/02/psoe-ciudadanos-acuerdo)”. Sin embargo, la especialista sostiene que “no está claro que ninguno de estos cambios tenga grandes implicaciones para los votantes”, con la excepción de la coalición entre Iglesias y Alberto Garzón. En su opinión, ese movimiento “sí puede ser bastante importante por el efecto mecánico de sumar los votos con este sistema electoral”. Redoli apunta que “es muy difícil calibrar” qué actor saldrá más beneficiado. El presidente de ACOP señala a Hipertextual que “puede haber gente muy convencida de Izquierda Unida que le tire para atrás el pacto con Podemos”. Simón, por su parte, destaca que la coalición “ofrece un relato nuevo” que sirve para “exonerar su comportamiento durante el proceso de negociaciones”. En ese sentido, los expertos consultados por este medio señalan que todas las estrategias de comunicación política tratarán de “sortear” el hartazgo o cansancio político entre la ciudadanía.
“Si la previsión es de mayor polarización electoral, generará que la gente salga más a la calle”, dice Simón. Barbet añade además que “es probable que algunos partidos utilicen la idea del hartazgo para conectar con los ciudadanos, o incluso para desmovilizar a los votantes de otros partidos”, unas estrategias que, en cualquier caso, tendrá un “efecto que difícilmente será importante”. Los mensajes escogidos por los diferentes partidos políticos parece que van en esa dirección. “A favor”, en el caso del Partido Popular, “Un sí por el cambio” como lema del PSOE, “La sonrisa de un país” elegido por Unidos de Podemos o “Tiempo de cambio, tiempo de acuerdo”, de Ciudadanos, apuntalan una campaña electoral que perseguirá mantener o incrementar la participación electoral.
“Van a intentar poner los ecualizadores emocionales al máximo”, destaca Redoli, quien cree que los comicios del 26-J se desarrollarán en un contexto emocional y racional. En su opinión, las estrategias del PP y de Podemos tratarán de recurrir a la polarización mediante mensajes que aluden al “miedo”. “Que vienen los comunistas o la extrema izquierda” será uno de los mensajes más repetidos por el PP, con el fin de activar a las personas afines a la derecha. En el caso de Unidos Podemos, tratarán de movilizar a su electorado difundiendo discursos para “que no siga el partido de la corrupción”, comenta el presidente de ACOP. A su juicio, PSOE y Cs trabajarán en una “franja más tibia”. En palabras de Pablo Simón, “se hablará más de los últimos cuatro meses que de los últimos cuatro años”.
Los mensajes en campaña tratarán de movilizar a los electores de cada formación en un contexto emocional y racional
El cansancio político generado por el fracaso para investir a un presidente de Gobierno se traducirá, según Barbet, en que “perjudicará más a los partidos cuyos votantes se desmovilicen más”. “Se puede prever que los partidos sin base sólida de votantes, los más nuevos, pueden tener más problemas para removilizar a sus bases. Pero también podría ser que fuera al contrario, y que los partidos nuevos hubieran generado menos frustración entre los suyos que los viejos”. Las incógnitas sobre el 26-J son múltiples, especialmente teniendo en cuenta que la participación electoral del 20 de diciembre no fue tan alta como se creía. El debate de Salvados, así como la actividad en campaña y las confrontaciones de los partidos a partir del próximo 10 de junio, trabajarán para reducir esa desafección que planea en el ambiente. “España está extraña”, concluye Simón al destacar la incertidumbre sobre los resultados del próximo 26 de junio.