Considerados durante años los métodos más seguros para proteger datos de todo tipo, los números PIN y las contraseñas están viviendo un gran declive ya que su relevancia va a quedar relegada a segundos usos gracias a otros factores de autenticación. Y si el primer lugar donde hemos experimentado esta tendencia ha sido en los smartphones, los próximos serán tan o más importantes. El sector de la banca, por ejemplo, es uno de los más abiertos a mejorar la seguridad y la facilidad de acceso de los clientes en los cajeros automáticos mediante el uso de variables biométricas. Pero, ¿qué opciones existen y qué aportan?
1. Huella dactilar
En el smartphone, las aplicaciones de banca fueron de las primeras en implementar la seguridad biométrica gracias al uso de sistemas como Touch ID, de Apple. Además de ofrecer mayor seguridad gracias al requerimiento de nuestra presencia física para desbloquear, el desbloqueo por huella dactilar ha aportado la solución más conveniente y cómoda para introducir datos que requieren de gran seguridad. En cajeros automáticos también se aplica ya esta tecnología. El cliente inserta su tarjeta de débito/crédito, y en vez de tener que introducir un PIN, basta con que coloque la huella registrada anteriormente sobre un lector, y listo, ya podrá operar de manera segura.
2. Red de venas de la mano
Gracias a un sensor de luz infrarroja, el sistema PalmSecure es capaz de analizar el patrón, la forma y la estructura de las venas de nuestra mano para identificarnos. Ya se aplica en muchos cajeros y su seguridad radica en la densidad y resolución de la información existente, incluso frente a la huella. El proceso de mapeado de la red de venas también es muy cómodo, pues basta con dejar la mano sobre el lector para el registro, frente a la necesidad de levantar el dedo varias veces y durante más tiempo en el reconocimiento de huellas.
3. Rostro o iris
El rostro también puede mejorar la seguridad de los cajeros automáticos. Los sistemas antiguos hacían una foto de baja resolución a la cara y engañarlo podía ser fácil, hasta el punto de que la identificación fallaba dependiendo de si en la toma original el sujeto tenía barba o gafas y luego no. En los sistemas actuales, se captura un mapa 3D de la cara con un nivel precisión mucho mayor, sin guardar la imagen, y el software la procesa mediante un algoritmo.
Yendo más allá, encontramos un sistema muy similar en las formas pero distinto en el fondo, el reconocimiento de iris. Gracias a que no cambia desde los dos años de vida, una foto de nuestro iris servirá para siempre. Mediante el uso de una cámara LED con luz infrarroja se puede ver fácilmente si la toma coincide exactamente con los datos almacenados.
4. Pulso cardíaco
Cada persona tiene un ritmo cardíaco completamente distinto al resto, incluso los gemelos, por lo que, como todos los ejemplos anteriores, también puede ser utilizado como una variable biométrica para sistemas de seguridad avanzados. Puede parecer la misma solución que la de la red de venas de la mano, pero lo que aquí cuenta es el pulso y otros factores que también se miden como el tamaño del corazón. Llegar al cajero y poder extraer dinero con tan sólo medir rápidamente nuestro ritmo cardíaco es llevar la seguridad y la conveniencia al extremo.