Australia es un increíble paraíso de biodiversidad. Sus habitantes han evolucionado exuberantes a lo largo de los milenios. Los increíbles paisajes de este continente se pueden encontrar tanto en su superficie como bajo las olas de su mar. Así, la Gran Barrera de Coral es uno de los mayores espectáculos que podemos ver en nuestro pequeño Planeta. Sin embargo, anuncian los últimos estudios, está en un peligro crítico. En las últimas décadas ha desaparecido el 35% de la barrera debido principalmente al calentamiento de las aguas. Un fenómeno que probablemente condene a esta maravilla natural sin remedio.
¿Cómo es la Gran Barrera de Coral?
Este enorme arrecife es el más grande y rico de todo el mundo. Con sus más de 2.600 kilómetros, la Gran Barrera de Coral se extiende por toda la costa noroeste de Australia. De hecho, es tan grande que puede ser observado desde el espacio. Pero, si nos sumergimos ¿qué veremos? Entre restos acumulados durante miles de años, formando una barrera que parece rocosa, nos toparemos con un auténtico espectáculo de colores y formas. La Gran Barrera de Coral supone uno de los lugares con mayor concentración y variación de biodiversidad del mundo. Bajo sus aguas hay montones de especies de peces, crustáceos, moluscos, espectaculares gusanos anélidos y, por supuesto cnidarios. Estos últimos son los principales responsables de la creación de las barreras de coral. Y es que su exoesqueleto formado por carbonato cálcico es lo que forma la "roca de coral".
Miles de años son necesarios para que la acumulación de estos esqueletos externos formen un arrecife. Y mucho más para que formen algo tan grande como la Gran Barrera de Coral de Australia. Los cnidarios son animales muy antiguos entre los que se encuentran las medusas, anémonas e hidras. Sus colores y tentáculos son impresionantes. Y entre ellos se refugian miles de especies de tonalidades parecidas, creando en la Gran Barrera de Coral un espectáculo brillante bajo el mar. Y de pronto, nos topamos con una zona más turbia. Blanquecina. Muerta.
Coral blanco
Según un reciente estudio, hasta el 35% de toda la Gran Barrera de Coral ha muerto o está moribunda. No es la primera vez que se detecta un peligro crítico para este hábitat. Pero nunca había sido tan grave: más de un tercio de los 2.600 kilómetros. Los puntos más críticos, indican los biólogos marinos, se encuentran frente a las costas de Townsville y Papúa, Nueva Guinea. En el centro de la barrera, existen numerosos puntos con más del 50% de los individuos muertos. Esta es, explica Terry Hughes, director del ARC, Centro de Excelencia para el Estudio de Arrecifes de Coral, la tercera vez que se detecta el blanqueamiento masivo de la barrera. Pero, en primer lugar, ésta nunca termina de recuperarse. Y además, nunca había sido tan extenso.
El blanqueamiento se debe a la pérdida de su simbionte, y es una manifestación de la salud del coral
El blanqueamiento es una manifestación directa del estado de los corales. Los colores tan llamativos (y específicos) de estos animales se deben a una unión simbiótica con zooxantelas, microorganismos que viven con el coral. Es una relación perfeccionada a lo largo de millones de años en la que el coral provee de amonio y nutrientes a estos protozoos. A su vez, las zooxantelas producen azúcares y oxígeno gracias a la fotosíntesis, lo que es aprovechado por los corales. La existencia de uno está determinada por la del otro. Así, los corales están limitados a las zonas fóticas, es decir, donde llega la luz del sol, para que las zooxantelas puedan realizar su función. Pero, cuando existe una situación de estrés, los cnidarios que forman el grueso del coral no pueden pagar su parte del trato. O expulsan directamente a los microorganismos ante una situación perjudicial. O sencillamente, las zooxantelas no pueden sobrevivir ante el cambio de condiciones.
Es entonces cuando se produce el blanqueo del coral, una señal de que el animal se está muriendo. Aunque los corales pueden recuperarse de un blanqueo, si las zooxantelas sobreviven, es un proceso difícil, muy lento y costoso. La gran mayoría de vece es irreversible. Así, este blanqueo suele suponer una condena directa del coral, sin que exista remedio. Pues las condiciones que causaron el peligro rara vez se acaban con la suficiente rapidez o durante el tiempo necesario para permitir que el coral pueda recuperar a su simbionte.
Cuando los mares se calientan
El caso de la Gran Barrera de Coral y su gran pérdida se relaciona con el calentamiento global, según indican los expertos que llevan años estudiando este hábitat. ¿Por qué? El aumento de temperaturas supone para la gran mayoría de corales un cambio importante de sus condiciones normales. Esto les influye en un aumento ligero de la acidez del agua, por ejemplo, lo que resulta en un deterioro de su exoesqueleto. También pone trabas a la obtención de nutrientes y oxígeno, lo que dispara su estrés afectando al simbionte. Con solo 0,05ºC de diferencia persistente, miles de corales se encuentran en peligro mortal. En las últimas décadas, el aumento de los mares ha sido de 0,1ºC, lo que puede parecer muy poco, pero para la fauna marina es un cambio drástico. Los animales de superficie, normalmente, resistimos mejor estos cambios pues estamos acostumbrados a grandes variaciones a lo largo del día.
El mar es otro cantar, pues sus aguas mantienen temperaturas más estables. Pero además de las temperaturas, existen otros aspectos igualmente importantes en el blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral. Por ejemplo, las visitas turísticas irresponsables, que causan un estrés innecesario a los arrecifes. O el uso indiscriminado y excesivo de cremas de protección solar. Estas cremas crean una capa en el agua que impide el paso de la luz de la manera adecuada para que el coral pueda realizar la fotosíntesis. Otro peligro para el coral es Vibrio shiloi, una bacteria infecciosa par este animal que produce la muerte masiva de los mismos. Este Vibrio es activo solo en periodos cálidos, cosa que se propicia con el calentamiento global. En el caso de las cremas y el turismo, las medidas para prevenir la muerte de los corales son sencillas: regulación. Pero cuando hablamos de infecciones y blanqueamiento por el calor, la cuestión es bastante más peliaguda. ¿Cuántas veces habrá de recuperarse la Gran Barrera de Coral antes de que alcance su estabilidad en nuestra era?