La respuesta a esta pregunta son realmente muchas más preguntas. ¿Por qué lo usa pero también dice que usa un Galaxy S7? ¿Por qué no utiliza un Nexus, los terminales con Android más puramente Google? El chairman —presidente del consejo de administración— de Alphabet, la matriz de Google, restaba hierro al asunto.
Schmidt fue un consejero de la junta de Apple, hasta que las tensiones entre Google y Apple hicieron obvio, en 2009, el cisma entre las partes, cada uno siguió su camino.
El Galaxy S7 seguramente sea el mejor terminal del momento. Como destacaba Schmidt, tiene mejor batería y mejor cámara que el iPhone 6s a día de hoy. Pero que uno de los máximos directivos utilice un producto de la competencia, es curioso. Nadie espera ver al director de Volkswagen llegando en un BMW a un evento, y responder con un ‘también uso un Audi, eh? Que tiene motor Volkswagen’. Es el mensaje equivocado.
Otro punto interesante durante la entrevista, y que se tiene que tomar como una broma basada en dato anecdótico, es cuando la entrevistadora preguntó cuánta gente en la audiencia utilizaba también un iPhone, ante lo que una mayoría de manos se levantaron. El directivo respondió con “Vaya con el monopolio de Android en Europa” en alusión a las investigaciones de la Unión Europea sobre los contratos entre Google y fabricantes de smartphones con Android. El sistema operativo de Android sí domina en el mercado europeo, con un 75-80% de cuota media, y llegando al 90-95% en países como España, Polonia o Hungría. Eso es contando toda la población, pero hay demográficos y sectores profesionales donde el iPhone prevalece. Nada nuevo.
Volviendo a la pregunta inicial, ¿quizá Schmidt prefiera un terminal de alta gama con máxima potencia que ronde las 5 pulgadas. Google solo ofrece el Nexus 6P con máximas especificaciones, aunque se queda en 6 pulgadas y su cámara es buena, pero no excelente.
El Nexus 5x se queda a medio camino, y Schmidt, con más de 10.000 millones de dólares bajo su brazo, no tiene problema de cartera así que no le importa si un smartphone cuesta 300 o 1000 dólares. El HTC 10 es otro gran ejemplo, el Huawei P9 también. Todos se quedan más o menos manejables, pero siguen sin ser “puro Android”. Al final, resulta que quizá la decisión de Eric Schmidt tiene sentido. Si quieres un teléfono con máximo rendimiento y buena cámara, en un tamaño compacto… no tienes muchas alternativas, por mucho dinero que estés dispuesto a pagar.