Motos eléctricas, coches eléctricos, autobuses eléctricos y ahora le llega el turno al transporte pesado con los primeros camiones eléctricos capaces de recorrer distancias de unos 200 kilómetros, son pocos, pero como en el resto de sector, es el comienzo de un cambio radical en el transporte de mercancía.
La empresa suiza E-Force ha presentado el primer camión eléctrico de 18 toneladas capaz de recorrer 200 kilómetros en carretera y hasta 300 kilómetros en ciudad o a velocidad reducida. Es un dato algo pobre pero es importante darle perspectiva a los datos: un camión equivalente tiene un consumo de 20 litros en carretera y unos 30 en ciudad.
El camión eléctrico está llamado a revolucionar el transporte de mercancía.
Este camión eléctrico tiene un consumo de entre 60 y 90 kWh cada 100 kilómetros en ciudad, lo que se podría traducir a un consumo un tercio inferior con respecto al camión diésel en el peor de los casos. En carretera el consumo eléctrico sube y el ahorro sería aproximadamente del 50%. Son cifras muy interesantes para un sector en el que se hacen miles de millones de kilómetros al año. Eso sí, el principal escollo es la autonomía, pero si tenemos en cuenta que su trabajo debería ser en la ciudad podría ser suficiente.
Entre las ventajas de un camión eléctrico no solo se encuentra un coste por kilómetro recorrido menor sino que su mantenimiento e impuestos también son muy inferiores. No logran compensar el sobre coste pero cuando más interesa un coche eléctrico es cuantos más kilómetros se recorren, en un camión eléctrico el principio es el mismo. Para recargar este camión eléctrico se necesitan 6 horas si se usan dos cargadores de 22 kW cada uno o 12 horas si solo se emplea uno. La otra ventaja fundamental es la reducción de la contaminación acústica.
Los camiones eléctricos tienen su razón de ser en la reducción de emisiones para las ciudades. Son opciones perfectas para el transporte de mercancía o para los servicios de una ciudad como limpieza y al igual que los autobuses eléctricos, comenzarán a poblar las ciudades en pocos años.