Una de las peculiaridades de los autobuses eléctricos, y en general de este tipo de movilidad, es que no solo existe una alternativa para recargar los autobuses. Se puede elegir entre la recarga parcial en cada parada, en una carga a mitad de día en una estación destinada a tal efecto, en una carga nocturna porque las baterías puedan acumular suficiente energía para aguantar el día, etcétera. ¿Cuál es la mejor para una ciudad? No existe una respuesta fija y por ello es importante probar.

La empresa del transporte de Bruselas, que es pública, comenzará a analizar el cambio de autobuses convencionales por autobuses eléctricos y lo hará de una forma muy inteligente y que se aplica en prácticamente todas las empresas que quieren lanzar algo al mercado, un test A/B. Este tipo de pruebas suelen hacerse mucho en páginas web para poder analizar el impacto de un cambio de color, de un cambio en la ubicación de un botón, o incluso un cambio de formato. Una vez terminado el test A/B se analizan los resultados y se determina la opción que debe usarse en base a su mayor ratio de conversión, eficiencia, ahorro operativo, etcétera. Y esto es lo que va a aplicar Bruselas para conocer cuál será la mejor tecnología para que en 2030 toda su flota de autobuses sea 100% eléctrica.

Es la primera vez que conocemos que se usa un test A/B con esta finalidad.

Entre 2018 y 2019 darán comienzo estos test A/B que se centrarán en el sistema de recarga. Inicialmente dos líneas serán totalmente gobernadas por autobuses eléctricos, una de ellas usará un sistema de recarga por inducción en la cabecera del autobús y la otra empleará un sistema de carga rápida en cada parada. En dos años analizarán los problemas, soluciones y ventajas o desventajas de cada una de las opciones así como la evolución del sector. Con los datos recogidos y analizados elegirán una opción para que en 10 años la transformación sea completa.

Bruselas tiene 50 líneas de autobús por lo que el cambio será muy importante y más teniendo en cuenta que para este primera fase la inversión rozará los 30 millones de euros, eso sí, será la más costosa en proporción al número de líneas que se transformarán en el 100% eléctricas pero permitirá recabar una información que de otra forma no sería posible. Los autobuses eléctricos son la opción más razonable para reducir emisiones y ahorrar dinero a largo plazo.