Hasta hace muy poco, la existencia de agua en la luna fue fruto de un encarnizado debate. Hace unos años, sin embargo, algunas pruebas consiguieron encontrar indicios del líquido elemento. Un poco más tarde el hallazgo se confirmaba. Pero entonces llegaría otra serie de preguntas igual de peliagudas: ¿de dónde proviene el agua en la Luna? Aunque pueda parecer una pregunta baladí, lo cierto es que en ella residen algunas cuestiones fundamentales. Cuestiones que hacen referencia incluso a nuestro origen. Ahora, un estudio publicado recientemente en Nature Communications ofrece una respuesta sólida ante la duda, cerrando el marco sobre un cuadro que hasta ahora estaba a oscuras.
El origen de la Luna
Como explicábamos, este tema ha sido arduamente discutido por miles de expertos a lo largo de todo el mundo. Hasta 2009 la comunidad científica estaba convencida de que la existencia de agua en la Luna era imposible debido, sencillamente, al sol. La efímera atmósfera de la Luna es incapaz de proteger ante la radiación solar, por lo que las zonas expuestas al sol alcanzan temperaturas muy altas cuando este las ilumina. Así, cualquier resto de hielo de agua, debatían los expertos, debería haberse sublimado tiempo atrás a excepción de los polos o lugares donde nunca llega el sol. Sólo los micro-cristales en las rocas podrían haber resistido. O eso se pensaba. En 2009, la NASA estrelló la sonda LCROSS en el fondo del cráter Cabeus, en el polo sur de la Luna, levantando una enorme columna de material. Entre dicho material se encontraba agua congelada.
Pero esta sólo fue la confirmación de lo que otros satélites y sondas habían insinuado ya: sí que hay agua en la Luna. Más de la que nos imaginábamos al principio. Y es que no sólo se encuentra en los eternamente oscuros cráteres. Sino que varios datos apuntan a su presencia en el interior de nuestro satélite. Pero, ¿cómo ha llegado hasta allí? Antes de seguir es bueno repasar lo que sabemos sobre este astro. Existen varias hipótesis sobre su origen. Actualmente la más aceptada es aquella que explica que mucho tiempo atrás un hipotético planeta llamado Theia chocó con nuestro pequeño planeta, arrancando buena parte del mismo. Sólo millones de años después, el tiempo y los fenómenos estelares permitieron que tanto la Tierra como la Luna adquiriesen la forma que hoy en día conocemos.
Asteroides, los culpables
Según el reciente estudio publicado en Nature Communications, Jessica Barnes y su equipo de la Open University de Milton Keynes, Reino Unido, ha conseguido trazar un panorama plausible sobre el origen del agua en la Luna. Según su estudio, ésta provendría en gran medida de una serie de asteroides que impactaron con nuestro satélite en un periodo que ronda entre los 10 y los 200 millones de años. Para que nos hagamos una idea, hace unos 4.500 millones de años, cuando la Tierra y la Luna se desgajaron, en la superficie del satélite se formó un enorme océano de magma que tardaría millones de años en enfriarse, formando su superficie. Es durante esta época cuando los asteroides impactaron en ese mar ardiente, explican en el estudio.
Durante este periodo de entre 10 y 200 millones de años, **una serie de asteroides llamados condritas carbonáceas**, muy ricas en agua, impactaron sobre su superficie, quedando su contenido atrapado en el interior gracias a la cubierta térmica. De esta manera, el agua en la Luna quedó encerrada sin posibilidad de escapar y perderse en forma de gas. "Los asteroides bien podrían ser los responsables de todo el agua existente en la luna", explica para Hipertextual la doctora Jessica Barnes. "Al menos de la mayoría". Es posible que parte del agua provenga de la proto-Tierra, arrancada en el momento en el que se formó la Luna, nos comenta. "Pero hacen falta más estudios para confirmar cuánta fue heredada de esta manera". Según su modelo, aproximadamente el 20% del agua se debe a los cometas, que a diferencia de los asteroides tienen una composición mucho más rica en hielo y gases que su contrapartida rocosa, el asteroide.
Una serie de asteroides llamados condritas carbonáceas, muy ricas en agua, impactaron sobre la superficie de la Luna
Esto supone un dato importante que resolvería parte del misterio de una forma coherente. Además, nos muestra un ejemplo de lo que creemos que fue el origen del agua en la Tierra. "Los asteroides han jugado un papel protagonista a la hora de traer agua y compuestos volátiles tanto a la Luna como a la Tierra", explica la Doctora Barnes. Su modelo tiene en cuenta los datos y observaciones adquiridos en numerosos estudiosquedaría por confirmar algunos de los resultados esperados en otros experimentos relacionados que confirmen lo que parece un modelo bastante sólido. Esto quiere decir que ya de por sí cumple con una gran cantidad de datos inferidos anteriormente. En cualquier caso, las implicaciones de este modelo son muy interesantes ya que arroja luz sobre nuestro origen y el origen del que es, probablemente, el elemento más importante de nuestro sistema: el agua.