Uber inició operaciones en Buenos Aires este 12 de abril de 2016. El servicio de chóferes particulares no contaba con la aprobación del Gobierno porteño quienes consideraban que la forma en la que está planteando el servicio actualmente contradice las normativas de la ciudad. Hoy, la Justicia ha ordenado el cese de operaciones de Uber.
Según la normativa argentina, el resultado de las medidas cautelares tiene que conocerse en no más de cinco días
La medida cautelar, que debe tener respuesta en cinco días, obliga a que la empresa suspenda cualquier actividad hasta que haya una sentencia definitiva. El gobierno inició hoy mismo operativos para detectar vehículos al servicio de la empresa y quienes no cuenten con la habilitación serán remitidos a un depósito. El plan de la ciudad es buscar que Uber se ajuste a las normativas vigentes o impedir completamente su funcionamiento en Buenos Aires.
En concreto, estas medidas cautelares similares a las acaecidas en España, están referidas a los seguros necesarios que deben tener las empresas de transporte en Buenos Aires, y de los que Uber no dispone. Así mismo, las aplicaciones disponibles para solicitar un taxi deben estar asociadas a una entidad de radio-taxi; controladas por las empresas tradicionales que gestionan los vehículos que se piden en la misma calle o por teléfono, y que poco a poco han creado sus propias aplicaciones. Cualquier cosa que se salga de esta normativa, contemplada en la Ley 3622 del Código de Tránsito y Transporte, se considera como actividad ilícita. EasyTaxi, una suerte de competencia de Uber, se encuentra en una situación parecida y, aunque sigue operando en algunas regiones, tiene una condena de inhabilitación de cinco años.
De momento, habrá que esperar al resultado de la medida cautelar, que de aceptarse dejaría a Uber en Argentina en un limbo legal bastante problemático. Sus próximos pasos seguramente estarían en la línea de lo acontecido en Madrid, en donde han aceptado la situación legal no sin antes dejar claro que van a luchar para cambiar el statu quo.