Nadie olvida la fecha en la que tuvo su primera relación sexual. Lo que en principio parecía ser algo inolvidable es recordado a menudo como un completo desastre. Según un informe del Instituto Nacional de Estadística de 2003, la edad media de ese coito es de 17,5 años en los chicos y 18,2 años en las chicas. Otros estudios, sin embargo, sitúan la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales entre los 15,5 y los 17,9 años. Estos datos corroboran que nuestra primera relación sexual con penetración está marcada, en líneas generales, por la falta de experiencia y la juventud. Incluso conceptos tan populares como el de la pérdida de la virginidad están rodeados de mitos como el del himen.
Los factores sociales y culturales son determinantes en la edad a la que mantenemos la primera relación sexual con penetración
Los factores sociales y culturales son determinantes en la edad a la que mantenemos la primera relación sexual. Como explicaban a Hipertextual la Dra. María Jesús Cancelo y la Dra. María José Rodríguez, portavoces de la **Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia* (SEGO), "desde la última década del siglo pasado, con el adelanto del inicio de las relaciones sexuales coitales, así como las características especiales de las relaciones en estas edades [16 años], en las que no es infrecuente el cambio de pareja, hace que los adolescentes hayan dejado de considerar la virginidad como un valor en sí mismo". ¿Pero solo el entorno en el que nos movemos influye en la edad del primer coito? Según un estudio publicado en la revista Nature Genetics*, no. De acuerdo a sus resultados, nuestros genes juegan también un papel clave en la práctica de nuestra primera relación sexual con penetración.
Los genes que influyen en la edad del primer coito
El estudio, realizado en más de 380.000 personas, ha identificado 38 variantes genéticas que se relacionan con la edad en la que se produce el coito con el que inauguramos nuestra actividad sexual. Algunas de estas variantes se localizan dentro o cerca de genes previamente implicados en el desarrollo del cerebro y de las conexiones nerviosas. El análisis de la Universidad de Cambridge asocia estas secuencias del ADN con una serie de comportamientos reproductivos, no solo la edad de la primera relación sexual con penetración, sino también con el primer nacimiento y el número de hijos que tendremos.
Los científicos han determinado 38 variantes genéticas relacionadas con el momento en el que tiene lugar el primer coito
El Dr. John Perry, de la Unidad de Epidemiología del Medical Research Council (MRC) de Cambridge, explica que "mientras que los factores sociales y culturales son claramente fundamentales, el trabajo muestra que el primer coito también está influido por genes que actúan sobre la madurez física en la infancia y por genes que contribuyen a las diferencias en la personalidad". "Un ejemplo es la variante genética identificada en CADM2, un gen que controla las conexiones neuronales y la actividad cerebral, también relacionado con presentar una personalidad más temeraria o imprudente", comenta el investigador. Esta secuencia genética en concreto se asocia además con una edad más temprana para la primera relación sexual y un mayor número de hijos a lo largo de la vida.
Aunque la contribución del ADN en la edad del primer coito es moderada, resulta interesante conocer el papel que juega la genética en este aspecto de nuestra vida. Por ejemplo, el momento en el que se produce la pubertad ha caído desde los 18 años en 1880 hasta los 12,5 años en 1980, una disminución causada por los cambios en la nutrición y el tamaño del cuerpo, además de por la exposición a disruptores endocrinos. En ese sentido, diversos estudios han logrado identificar cierta correlación entre la edad en la que entramos en la adolescencia y en la que mantenemos nuestra primera relación sexual; por lo que, según los autores, esa relación también podría darse a nivel genético. En palabras del Dr. Ken Ong, pediatra de la Unidad de Epidemiología del MRC, "ya se ha demostrado que la pubertad precoz y el rápido crecimiento infantil afectan negativamente a los riesgos de padecer enfermedades durante la edad adulta. Pero ahora se han señalado los factores que pueden perjudicarnos a edades más tempranas, incluyendo el comienzo precoz de las relaciones sexuales o un nivel educativo más bajo".
La edad a la que se produce la pubertad ha disminuido drásticamente en los últimos 136 años
Los resultados de esta investigación en genética sugieren que tanto la madurez física como rasgos del comportamiento contribuyen a la fecha en la que se inicia la actividad reproductiva y las consecuencias de estas primeras relaciones, influyendo además en factores asociados con la educación y la conducta. De acuerdo al trabajo presentado en Nature Genetics, considerar estas variantes individuales, que afectan a la edad de la primera relación sexual con penetración y a otras características como una personalidad más temeraria o imprudente, podría ayudar a desarrollar estrategias más efectivas para la educación sexual y la salud pública.