Fabricar un vehículo implica mucho más que unir un motor, cuatro piezas más y pintarlo de un color bonito. Ya conoces la importancia de un escuchador de motores pero existen más departamentos curiosos dentro de una fábrica de coches como el olfateador de coches.
El momento de comprar un coche es muy especial al margen de la propia emoción fruto de la adquisición. Los ingenieros y diseñadores cuidan cada detalle tanto en el interior como en el exterior del vehículo y uno fundamental es el olor a coche nuevo, algo que con el tiempo acaba por abandonar al vehículo, pero que durante unos meses todos los que entren en el coche te dirán: huele a nuevo. Y existen departamentos especializados en olfatear el interior de los coches antes de salir al mercado para conseguir el tan preciado olor a nuevo.
El trabajo de un olfateador de coches
Los diseñadores de coches trabajan junto a equipos multidisciplinares entre los que se incluyen investigadores y expertos en olfato. La profesión de este tipo de personas es muy desconocida pero a su vez singular.
El olor de los coches nuevos es un olor neutro.
Estos expertos, que es habitual sean especialistas químicos, analizan todos los materiales no metálicos de un coche para evaluar si los olores que desprenden son correctos. Una de las pruebas a las que someten al interior de los coches consiste en calentarlo hasta más de 60 grados para entrar luego dentro de él y comprobar cómo huelen los materiales. Y es que como afirman estos profesionales con el calor se hace más sencillo diferenciar los olores.
Imagina que tras esta prueba uno de los plásticos empleados huele muy fuerte. En este caso se activa un protocolo para intentar substituirlo o buscar posibles soluciones. Uno de los ejemplos que suelen poner es con materiales como la piel, que tiene que desprender olor a buena piel para que cuando el cliente se suba dentro del coche aprecie la calidad del vehículo.
Como podrás imaginar este tipo de grupos de trabajo, al margen de tener la nariz muy entrenada, no pueden estar sometidos a fuertes olores como los de las colonias o el tabaco para no distorsionar el resultado de las pruebas.
No vale que el coche sea bonito, tecnológico o pasional sino que tiene que oler a nuevo y eso es algo que todos buscamos cuando compramos un coche nuevo. La próxima vez que entres en un concesionario y te huelan los coches a nuevo, acuérdate que no es casual.