Nuestro cuerpo no está formado solo por más de treinta mil millones de células, encargadas de constituir tejidos y órganos tan importantes como la piel, el corazón, los pulmones o el hígado. En el sistema digestivo se esconden también miles de bacterias que nos ayudan a absorber los nutrientes de los alimentos y que cuentan con un importante efecto sobre nuestra salud. Según los últimos estudios, el organismo alberga cerca de treinta nueve mil millones de microorganismos. Dentro de ese gran número de microbios, destacan principalmente los que se hallan en el intestino, que han recibido el nombre de microbiota intestinal.
Los microorganismos que conviven con nuestras células juegan un papel clave en nuestro estado de salud
Podríamos pensar que el **microbioma**, es decir, el conjunto de bacterias que conviven con nosotros, no tiene un papel importante en nuestra salud. Sin embargo, en los últimos años diversos estudios han identificado el rol que podrían jugar estos "bichitos invisibles" en enfermedades como el cáncer, la infección por VIH o el autismo. Es por ello que el microbioma ha sido reconocido también como "el último órgano", aunque expertos como Emilio Muñoz han pedido que se rebaje el optimismo en este tipo de investigaciones.
En ese sentido, la revista Science publica hoy la investigación más detallada y extensa sobre el microbioma hasta la fecha. Sus conclusiones ofrecen una mirada sin precedentes con respecto al conjunto de microorganismos que cohabitan en nuestro organismo, determinando además los factores que pueden alterar su composición. Los resultados proceden de iniciativas como el *Belgian Flemish Gut Flora Project y el LifeLines-Deep*, además del análisis de varias bases de datos globales. En total, los investigadores han podido estudiar el microbioma de más de 4.000 personas. Así, su estudio ha permitido identificar catorce tipos de microbios que se encuentran en el intestino de más del 95% de los voluntarios, describiendo además a 664 especies diferentes de microorganismos en total.
Entre los factores que afectan al microbioma de nuestro sistema digestivo, los científicos resaltan el papel que juegan los fármacos. La ingesta de medicamentos como los antibióticos, los laxantes, las hormonas femeninas, los antidepresivos o los antihistamínicos altera la composición de la microbiota intestinal, según el trabajo publicado por el equipo de G. Falony. Por su parte, la investigación del grupo de Alexandra Zhernakova determinó algunos de los parámetros que afectan directamente a la diversidad de bacterias que pueblan nuestro sistema digestivo. Según sus resultados, una dieta de tipo occidental, con una mayor cantidad de calorías, refrigerios o leche con gran cantidad de grasas, se relaciona con una menor diversidad en la microbiota y una mayor cantidad de hidratos de carbono. El consumo de bebidas gaseosas azucaradas también tiene efectos negativos sobre los microorganismos del intestino. Por el contrario, tomar café, té o vino tinto se asoció con una mayor diversidad en el microbioma. Incluso episodios como un ataque al corazón también afectan a estos microbios, ya que haber sufrido un infarto se relaciona con una abundancia más baja de bacterias como Eubacterium eligens.
La ingesta de café, té, vino o bebidas azucaradas puede afectar a la diversidad del microbioma. Pero también haber sufrido un infarto, según los estudios
Un tercer estudio, liderado por el equipo de Simone Li, esclarece algunos de los misterios sobre los microorganismos que perduran después de realizar los conocidos como trasplantes fecales. Este tipo de intervenciones, efectivos especialmente en el tratamiento de la infección por Clostridium difficile, es una de las grandes promesas en la investigación del microbioma. Sus resultados han permitido determinar qué tipo de microbios son los óptimos en los trasplantes fecales, reconociendo que pueden persistir hasta tres meses en el intestino del receptor. Pero no es la única aplicación biomédica de estos "microbichitos". El trabajo publicado por el grupo de Eric Pamer publicado en Science indaga además en el papel que pueden jugar estos "microorganismos buenos" en la lucha contra la **resistencia a antibióticos*.
Comprender la composición del microbioma y los factores que influyen sobre él resulta fundamental para cuidar nuestra salud. De acuerdo a otro estudio, también difundido en Science*, nuestra propia genética también podría tener cierto impacto en la diversidad microbiana del organismo. Este tipo de microorganismos, particularmente durante la infancia, pueden afectar al sistema inmunológico, condicionando la aparición de enfermedades muchos años después. Por ello resulta fundamental vigilar el tipo de microbios que conviven junto a nuestras células. Una medida, según el equipo de Martin J. Blaser, podría estar en administrar tratamientos dirigidos frente a patógenos específicos y abandonar los antibióticos de amplio espectro, que pueden tener consecuencias muy negativas para el conjunto de nuestro microbioma. Todos los resultados muestran el papel que juegan este tipo de bacterias en la salud y la importancia creciente de los "bichitos invisibles" que conviven en el organismo.