metástasis

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Cuando una persona es diagnosticada de **cáncer**, comienza una lucha contra una enfermedad potencialmente curable. En ocasiones, sin embargo, años después de que la patología remita, el paciente vuelve a enfrentarse con los mismos miedos y temores que tuvo antaño. A pesar de la eficacia de los tratamientos en forma de quimioterapia, radioterapia o terapia biológica, puede ocurrir que células tumorales -agazapadas en algún rincón del organismo- regresen para atacar de nuevo. De este modo violan el "acuerdo" que cáncer y afectado establecieron en el pasado: que las células tumorales no vuelvan a aparecer a cambio de que la persona recupere su salud.

La metástasis supone la diseminación de las células malignas desde el tumor inicial hacia el resto del cuerpoEs entonces cuando se desarrolla la **metástasis, proceso mediante el que estas células cancerosas comienzan a diseminarse desde el tumor inicial hacia el resto del organismo. En el 90% de los casos de cáncer, el paciente no muere por ese primer tumor sino por la invasión posterior de células malignas, que quebrantan el pacto de no agresión. Una alianza similar a la firmada por Iósif Stalin y Adolf Hitler el 23 de agosto de 1939. Y es que por lejana que parezca en el tiempo, la II Guerra Mundial** puede enseñarnos varias lecciones en la lucha contra el cáncer.

Metástasis, la Operación Barbarroja de la biología

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El 18 de diciembre de 1940, Adolf Hitler firmaba la Directiva 21. Aquella medida recogía la planificación operativa de la batalla militar terrestre más grande de la historia: la Operación Barbarroja. El ataque militar del ejército nazi comenzó el 22 de junio de 1941, con el objetivo de invadir la Unión Soviética. En total, tres millones de soldados alemanes apoyados por 650.000 oficiales de Finlandia y Rumanía iniciarían la operación. 4.400 tanques y 4.000 aviones formaron también parte de la logística de un ataque que se preveía corto y fulminante, según los planes de Hitler.

En biología, la metástasis es la "Operación Barbarroja" que llevan a cabo las células malignas, a pesar del pacto de no agresión firmado por los tumores con los pacientes. Sin embargo, cuando menos se espera, como ocurrió en aquel junio de 1941, las células cancerosas comienzan a invadir y diseminarse por otros tejidos. Este viaje desde el tumor de origen hacia otras regiones del cuerpo se denomina metástasis. Y las operaciones del ejército nazi y de la defensa soviética pueden ser comparadas con el ataque que realiza el cáncer sobre nuestro organismo y las trincheras biológicas para detener su avance.

La Orquesta Roja que avisa del ataque

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A pesar de que el inicio de la Operación Barbarroja fue inesperado, no es menos cierto que Stalin conoció con antelación los planes alemanes. Pero no hizo caso de las advertencias de sus propios espías. El grupo conocido como Orquesta Roja, una de las redes soviéticas de espionaje más destacadas, liderada por Leopold Trepper, alertó al jefe de la URSS sobre la fecha de invasión del ejército nazi. Stalin tampoco hizo caso de los mensajes aliados sobre los soldados alemanes apostados en la frontera. Y sin embargo, ahí estaban.

En el momento en el que una célula maligna se desprende del tumor de origen, trata de invadir el resto del cuerpo. ¿Cómo lo hace? En este caso, las células cancerosas utilizan las redes de carreteras que existen en el organismo, es decir, el conjunto de vasos sanguíneos. Pero los seres humanos también contamos con un servicio de espionaje en forma de tecnología. La llegada de herramientas como la **biopsia líquida** nos permite determinar la presencia de células tumorales circulantes en el torrente sanguíneo. Así podemos saber si el ejército invasor sigue en la frontera o, por el contrario, ha decidido atacarnos.

La hipótesis de los soldados en las fronteras

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En nuestro organismo, recientes investigaciones sobre la metástasis han postulado que, al igual que sucedió en el campo de batalla, existen miembros del ejército tumoral que "tantean" de algún modo la invasión del resto del cuerpo. Se ha planteado, en ese sentido, que unas "bolsitas" que forman parte de nuestras células, denominadas exosomas, preparan el terreno a las células malignas antes de que se produzca la metástasis.

Esa fue la hipótesis recogida por un trabajo en *Nature* en 2005. La evidencia experimental obtenida en la última década, aunque todavía insuficiente para demostrar que es cierta, sigue apuntando en la misma dirección. De algún modo, dichos exosomas serían las "pistas" para saber dónde se va a diseminar el cáncer. Igual que sucedió con los soldados alemanes apostados en las fronteras con la URSS, tal y como avisó la Orquesta Roja.

La invasión a la URSS en tres frentes

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GDR (Wikimedia)

Los planes de Hitler, estipulados inicialmente en la Directiva 21, preveían que la invasión de la URSS iba a ser corta y fulminante. El factor sorpresa del ataque y la superioridad inicial del ejército nazi sobre las tropas soviéticas apoyaban esa idea. Pero cualquier batalla, no solo la militar, es imprevisible. Entender la evolución de las guerras y los parámetros que pueden condicionar la victoria o la derrota en el campo de batalla resulta fundamental. En el caso de la II Guerra Mundial, las duras condiciones invernales y la mayor duración de la invasión fueron claves para entender por qué, a la larga, el ejército de Stalin derrotaría a los nazis.

La investigación sigue trabajando para analizar la evolución de los tumores primarios y las metástasis posteriores. Así podemos conocer los patrones temporales y las rutas de invasión que utiliza el cáncer. Al igual que la operación de Hitler se desarrolló principalmente en tres frentes, muy extendidos geográficamente, lo que debilitó a las tropas alemanas, en biología también es importante determinar la naturaleza del ataque. Por ejemplo, los oncólogos estudian últimamente si la invasión se produce mediante células individuales o a través de grupo de células. Así será posible saber las vulnerabilidades del tumor y de las posteriores metástasis.

Los aliados inesperados del ejército invasor

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Servicio de Defensa de Finlandia

La Operación Barbarroja contó con aliados inesperados. Uno de ellos fue Finlandia que, a pesar de no estar dentro de la coalición entre Alemania e Italia, sí apoyó los movimientos de Hitler. Este soporte fue en realidad el capítulo posterior a la Guerra de Invierno, que ocurrió entre 1939 y 1940 como respuesta a la invasión soviética. Entre 1941 y 1944, Finlandia siguió luchando contra la URSS con considerable apoyo nazi, como se ve en la imagen anterior con la visita de Hitler al país. Según datos de la Cruz Roja, Finlandia mantuvo como prisioneros a cerca de 65.000 oficiales y soldados del Ejército Rojo, muchos de ellos heridos.

En nuestro organismo, el cáncer también cuenta con el apoyo de aliados inesperados. Es el caso de los neutrófilos, un tipo de células del sistema inmunológico que normalmente nos defienden frente al ataque de infecciones y ayudan en la curación de heridas. Se ha visto, sin embargo, que también se acumulan en pacientes con cáncer, particularmente en las regiones donde posteriormente se extenderán las células cancerosas. Según un trabajo publicado en *Science*, combatir esos cúmulos de neutrófilos también podría ayudar a combatir la metástasis.

El papel que juega el ambiente

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En la guerra, como ocurrió en la Operación Barbarroja, los factores ambientales siempre juegan un papel importante. En el caso del ataque nazi, el fracaso de la invasión puede explicarse también por el largo invierno y la extensión geográfica de los movimientos de las tropas alemanas.

En la lucha contra el cáncer, existe un factor microambiental determinante para el desarrollo de los tumores y de la metástasis. La **hipoxia**, es decir, la baja concentración de oxígeno, promueve la metástasis, la migración de las células malignas o la resistencia a tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia. Conocer estas condiciones ambientales también puede servirnos para aprovechar las vulnerabilidades del tumor y de las metástasis posteriores.

La batalla final

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Las lecciones que nos deja la II Guerra Mundial muestran que la batalla contra el cáncer, al igual que en el gran conflicto bélico que asoló a Europa, es compleja, larga y dura. Pero la invasión nazi que supuso la Operación Barbarroja terminaría finalmente con su derrota en Stalingrado. El enfrentamiento de la URSS y Alemania finalizó con el fracaso de las tropas alemanas en la batalla más sangrienta de la historia, y decisiva para ver cómo acabaría la II Guerra Mundial.

La lucha contra el cáncer es difícil, especialmente cuando aparece metástasis. Buscar nuevas formas de detección y terapias innovadoras, además de entender qué sucede en el organismo, será fundamental para finalizar esta particular batalla bélica de los pacientes contra las células malignas.