Llevamos dos días probando el nuevo e impresionante Huawei P9, el nuevo smartphone líder de Huawei. El Huawei P9 Plus tendrá que esperar. Cuando lo probemos durante más tiempo y publicaremos un análisis completo del Huawei P9 para expandir nuestros comentarios, pero nuestras primeras impresiones son mixtas.
Empecemos por el funcionamiento interno, el terminal francamente vuela. Como es de esperar de cualquier tope de gama con Android desde hace años. Un mejorado Kirin 955 —dejando atrás el 930 y 950 del P8 y Mate 8 respectivamente— y con 3 GB de memoria RAM. A pesar de que Huawei no hizo ninguna mención al software durante toda la presentación, el terminal lleva EMUI 4.0. El mismo software que podemos encontrar en el Huawei Mate 8, con sus ventajas y sus inconvenientes, pero al menos está basado en Android M. Algo que no muchos fabricantes pueden decir incluso hoy en día, para lamento de sus usuarios. Nada destacable en este aspecto.
A nivel extra del hardware nos encontramos con una pantalla de 5,2 pulgadas con resolución 1080p, 32 GB de almacenamiento como única opción a elegir. Viene con tarjeta microSD o capacidad para doble tarjeta SIM y está disponible en 8 acabados distintos, tanto metálicos como cerámicos. Nuestra unidad es una Mystic Silver, rimbombante nombre para un teléfono blanco y plateado.
Pero vamos a hablar de lo más interesante, y en lo que Huawei gastó el 90% de la presentación mundial de ayer en Londres. Superman incluido.
¿Leiqué? Leica
Si eres un lego de la fotografía es posible que Leica no te suene. Pero la compañía alemana de cámaras fotográficas tiene un estatus casi místico entre los aficionados. El consenso es que sus cámaras son geniales, pero muy caras. Y con especial atención al diseño.
Las dos cámaras aportan un gran rendimiento en cualquier entorno y situación. Habrá que compararlas a fondo con otros grandes competidores como el Galaxy S7
Huawei y Leica han creado conjuntamente el sistema de lentes y sensores que forman las tres cámaras del Huawei P9. Digo tres porque la principal novedad es que tiene dos cámaras en la parte trasera, ¿por qué? Muy sencillo.
Ambas cámaras son de 12 megapixeles, una captura imágenes en color (RGB) y el sensor de la otra cámara lo hace en blanco y negro. Así, Huawei consigue que este último sensor capte mucha más luz y tenga más información de la escena, especialmente en contraste y definición. Huawei dice que capta un 90% más luz que el Galaxy S7, y mucha más aún que un iPhone 6s Plus. Lo podremos comprobar con el análisis definitivo, pero la cámara apunta bien alto, especialmente en fotografía. En vídeo, de momento, no tanto. No tiene grabación 4K y encontramos algunos fallos a la hora de grabar vídeo. Es posible que sea nuestra unidad de prueba, así que el vídeo tendrá que esperar a la reseña completa.
Las fotos tomadas con el sensor monocromático son especialmente vistosas, con un gran resultado en casi todas ellas. Este modo destaca por encima del resto, y a mi parecer se lleva el premio a la gran novedad del dispositivo: un gran sensor tomando excelentes fotografías.
La otra gran ventaja de tener dos cámaras separadas es poder medir mejor la profundidad de campo en la fotografía tomada. Si las tomas en modo tradicional y activas el botón de profundidad de campo en la aplicación de la cámara, podrás controlar levemente —y siempre por software— la profundidad de campo de la imagen. Se consigue un efecto curioso, pero es fácil que el enfoque quede muy forzado y artificial.
El enfoque, tanto en calidad como en velocidad, también mejora con respecto a versiones anteriores, pero durante nuestro primer día de juego con la cámara, debo decir que las impresiones son mixtas.
Para que podáis comprobar por vosotros mismos, aquí van varias fotografías tomadas con el Huawei P9 en Londres. Podéis hacer click para verlas a tamaño original.
