¡Estamos de cumpleaños! La startup más colaborativa del panorama emprendedor mundial celebra su primer aniversario de operaciones en México; un lugar que ha supuesto tanto un reto como una oportunidad.
Con más de un millón de plazas ocupadas, un contador de kilómetros que asciende a la cifra de 33 millones en total y mil ciudades en la lista de opciones para elegir viaje, BlaBlaCar se está consolidando como una de las opciones más populares en el país. En los primeros días de actividad, Alberto Padilla, Country Manager de la compañía en México, ya nos confirmaba que a las pocas horas de abrir la plataforma contaban con más de 200 viajes disponibles en las principales rutas entre México D.C., Querétaro, Puebla, Cuernavaca o Guadalajara. Y de ahí para arriba. Ya sabían que seguramente el éxito iba a ser muy grande en el país, una malas conexiones de transportes públicos así lo avalan, solo había que popularizar la marca. BlaBlaCar entró en México a través de la compra de una empresa, Rides, que ya operaba desde hacía tiempo; tanto empleados como operaciones pasaron a formar parte de las redes de la startup francesa. Adaptando su estándar de ejecución a las necesidades específicas de México pronto se hicieron con una mayor cuota de mercado.
Uno de los mayores problemas de BlaBlaCar en México es que necesitan más conductores
Un año después volvemos a hablar con Alberto Padilla. Si en un principio el perfil de los conductores era el de gente que había probado la experiencia en Europa, y habiéndola encontrado muy cómoda, quisieron repetir en su país, doce meses después se sigue manteniendo esta imagen. Pero con un añadido, nos comenta que "se ha incrementado la variedad de edades, teniendo a los usuarios de 35 años como los más activos". Al contrario de lo que pueda ocurrir en Europa, los estudiantes y los que buscan viajes económicos no son los más concurrentes. Una red de trenes muy poco actualizada hace que los viajes al centro del país se hayan retroalimentado a sí mismos "sin que el equipo de marketing haya tenido que hacer nada", confirma Alberto, siendo BlaBlaCar la única opción para viajar en la mayor parte de las ocasiones. Siguen teniendo, eso sí, un problema con el volumen de conductores vs usuarios: necesitan muchos más coches dispuestos a realizar trayectos; cuestión que apunta a ser el objetivo del próximo año.
La seguridad, cuestión en la que tanto se incidió en un primer momento, sigue estando a la orden del día. Para su actividad en el país se estableció que cualquier cuenta de usuario o conductor debería estar asociada a un perfil de Facebook, la cual pasaba por un exhaustivo control de evaluación y revisión; en la que era obligatorio que se viese la cara en la imagen adjunta. Hoy, y sin ningún percance registrado, la técnica está funcionando. Alberto Padilla afirma que "no se han quedado parados en las medidas iniciales y han añadido la verificación de la cuenta LinkedIn, además de las revisiones de ID Check". Pese a todo esto, han sido los usuarios los que más han ayudado al correcto funcionamiento y seguridad del servicio con sus comentarios e informaciones.
Lo que ocurriese en España, lugar en el que BlaBlaCar ha tenido que ir a los tribunales ante una demanda por competencia desleal interpuesta por CONFEBUS, de momento no ha tenido lugar en México. Pero, por curioso que suene, se están preparando para ello:
>"La experiencia de España nos ha ayudado mucho a otros países en los que opera BlaBlaCar. De momento no hemos tenido problemas, pero es seguro que cuando el servicio se haga más grande nos tendremos que enfrentar a alguien en el terreno legal. Y los buenos resultados que hasta el momento se han tenido en España serán determinantes."
También, hace un año se tenía a México como un laboratorio de experiencias para lo que podría venir en los próximos meses. El objetivo era tener una toma de contacto y exportar BlaBlaCar a Chile, Argentina, Perú o Colombia a lo largo de 2016. Habiendo conquistado únicamente Brasil por el momento, Alberto nos dice que estos dos mercados son tan grandes que aún tienen mucho trabajo pendiente, por lo que el crecimiento por otros países tendrá que esperar por el momento.