Los faros convencionales que emplean los vehículos desperdician de una forma increíble la energía, y hablo tanto de los faros LED como de los clásicos. Para iluminar la carretera tienen que iluminar también una parte del cielo, los árboles, casas, el otro lado de la carretera, los enanos de los jardines, etcétera. Hasta ahora tan solo los mejores láser podían minificar esta pérdida pero el Instituto Fraunhofer ha presentado una solución a esta increíble pérdida de fotones desperdigados.

Los faros que emplean tecnología láser o sistemas DLP para poder dirigir el haz de luz no son tan eficientes porque operan por oclusión selectiva, es decir, producen la luz pero luego la bloquean por lo que pierden eficacia y eficiencia dejando a los fotones despechados, inútiles y deprimidos.

Este Instituto ha demostrado que está verdaderamente preocupado por el destino de los fotones y han creado un nuevo tipo de faro que ilumina el camino mucho mejor que antes empleando miles de LED direccionales. Este millar de diminutos LEDs estaría casi siempre apagado, en torno a un 70% de ellos porque no siempre serían necesarios, y así se ahorra energía y se ilumina solo lo que necesita el conductor.

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Funcionamiento de un faro láser en un coche

Recuerda, cualquier mejora en eficiencia energética para un coche eléctrico se traduce en una mayor autonomía.

La solución del Instituto Fraunhofer es emplear una matriz con 1024 LED (hasta ahora lo máximo era emplear 80 LEDs con complejos sistemas) y cada uno de ellos tendría un tamaño de 125 micrometros. Cada led emitiría 3 lúmenes y se podrían controlar de forma individual para distribuir selectivamente la luz que se proyecta con una resolución sin precedentes. Esta tecnología permitiría, por ejemplo, evitar deslumbrar a otros coches o ampliar el campo de visión iluminada para el conductor hacia los lados mejorando la visibilidad en intersecciones, pasos de cebra, etcétera. Los responsables indican que de promedio tan solo se iluminarían a la vez el 30% de la matriz de LEDs, una mejora más que significativa sobre los actuales faros LED.

Uno de los retos de esta matriz de LEDs es la conexión puesto que 1024 diminutos LEDs tendrán que estar interconectados y a su vez conectados con los sistemas que lo controlen, lo que ha supuesto un reto para los desarrolladores. La solución ha sido emplear una esponja con una estructura nanoporosa hecha de oro que puede ser comprimida de forma que se adapta a la topografía de cualquier componente instalado y permite compensar cualquier irregularidad.

Estamos ante un prototipo en una fase muy temprana de desarrollo y que generará una gran dependencia de los sistemas informáticos creados para el control del haz de luz, ya que serán los encargados de iluminar la carretera. Eso sí, no tiene pinta de que vayamos a verlo en la próxima generación de vehículos, habrá que esperar varios años más.