canas

Matteo Chinellato / Shutterstock.com

Gandalf y George Clooney comparten algo más que haber salido en la gran pantalla. Sus canas representan el inevitable paso del tiempo, la experiencia acumulada y las historias que tenemos que contar. La aparición del pelo grisáceo o blanquecino es el gran símbolo del envejecimiento. Y su irrupción en nuestro cuero cabelludo muestra que, muy a pesar nuestro, nos hemos hecho mayores. ¿Pero por qué aparecen?

El **origen de las canas se debe a la ausencia de melanina*. Esta sustancia química es la responsable del color de nuestro cabello. Hasta la fecha, los investigadores habían determinado la existencia de dos tipos de pigmento: la eumelanina (con color marrón oscuro o negro) y la feomelanina (con un tono amarillo rojizo). La existencia o no de este compuesto influye en la aparición del pelo canoso. Pero la aparición del cabello blanquecino o grisáceo también se debe a nuestro ADN, según demuestra un estudio hoy publicado en Nature Communications, que ha identificado el primer gen relacionado con la existencia de las canas.

La ausencia de melanina, detrás de las canas

La investigación, liderada por la University College London*, ha analizado a 6.000 personas procedentes de diferentes regiones de América Latina. El trabajo ha conseguido determinar diferentes variantes génicas asociadas con el color del pelo -también el canoso-, la forma del cabello -liso o rizado- y su densidad. Aunque anteriormente ya se habían conocido diversos genes relacionados con la calvicie o la tonalidad del pelo, este es el primer estudio que logra confirmar que la aparición de las canas también está en nuestro genoma.El gen IRF4 identificado regula la producción y el almacenamiento de melanina

"Los resultados fueron posibles porque analizamos un grupo amplio y diverso de personas, algo que no se había hecho antes a esta escala. Los hallazgos tienen aplicaciones potenciales en la investigación forense y cosmética", comenta el Dr. Kaustubh Adhikari, científico de la University College London. El gen identificado es IRF4, que había sido anteriormente relacionado con el tono del cabello. Su asociación con la aparición de las canas, según los investigadores, se debe al papel que juega en la regulación de la producción y el almacenamiento de la melanina. La ausencia de este pigmento químico, debido al "parón" que sufren las fábricas celulares encargadas de fabricarlo (los melanocitos), causa que los "lanzadores" encargados de enviar color al pelo (los queratinocitos) dejen de hacerlo. En otras palabras, nuestro cabello se queda sin existencias de melanina y tampoco tiene forma de reponer este compuesto químico, razón por la que el pelo va adquiriendo una tonalidad grisácea o blanquecina.

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Kaustubh Adhikari, Emiliano Bellini y Andres Ruiz-Linares (Nature Communications)

Según el Dr. Andrés Ruiz-Linares, líder del trabajo, "se ha encontrado la primera asociación genética para el encanecimiento, lo que proporcionaría un buen modelo para comprender los aspectos de la biología del envejecimiento humano". Entender el rol que juega el gen IRF4 también nos ayudaría, de acuerdo a los expertos, a retrasar la aparición de las canas sin tener que recurrir al uso de tintes. Además de estos resultados sobre el cabello grisáceo o blanquecino, los científicos determinaron otros genes que tienen relación con la forma o la textura del pelo (PRSS53), el grosor de las cejas (FOXL2) o la prevalencia de la conexión entre las cejas (PAX3). Unos resultados que nos permiten comprender mejor las raíces genéticas de las características de nuestro cabello, aunque los investigadores también resaltaron que el papel de estos genes se ve influenciado por otros factores más complejos.

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