Más que un Monster of the Week, nos encontramos con un episodio que podría tener sentido en una temporada de 24 episodios, donde se necesita una producción barata o un cambio de aires. Pero en una mini-temporada de 6 episodios donde los creadores han tenido años para pensar cada episodio, y cada minuto de trama es valioso, nos deja asombrados.
El episodio empieza con Shiraz, un inmigrante de Oriente Medio en la conservadora Texas. Tras una serie de clichés para mostrar el contraste, Shiraz y un compañero se inmolan en una galería de arte, porque había un cuadro de Alá. En cierto sentido, nos recuerda al atentado que arranca X-Files: Fight the Future, la película de 1998 que empezaba con una bomba que recordaba al atentado real en Oklahoma unos años antes.
No hemos acabado de girar los ojos por completo cuando aparece una nueva pareja de detectives, él —Agent Miller, interpretado por Robbie Amell— un joven de pelo moreno corto con ganas de probar métodos alternativos en la investigación, y ella —Agent Einstein, interpretado por Lauren Ambrose— una pelirroja preparada para tomar la vía lógica. Muerte por clichés.
Resulta que Shariz no ha muerto tras inmolarse con un chaleco bomba, que solo está muy mal herido. Cosas más locas hemos visto en esta serie, así que nos lo vamos a creer. Rápidamente Mulder propone al nuevo dúo que utilicen un tipo de comunicación con los muertos. Porque no había suficientes clichés, para recalcar las similitudes entre las parejas los guionistas hacen que Mulder y Einstein vayan por su cuenta, y Miller con Scully por la suya. Juntos pero no revueltos.
Mulder toma una sustancia psicotrópica para ayudarse a comunicar con Shariz, que le lleva a un episodio de Californication, en él, baila en línea y tiene el mejor momento del episodio, donde en su baile cósmico inducido por las drogas vislumbra a los tres miembros de The Lone Gunmen, que hacen así su cameo. Resulta que estaban muertos todo el rato. También vemos al Fumador, que ataca a Fox con un onírico látigo justo antes de que el propio Shariz susurre algo al oído a nuestro agente favorito.
Mulder despierta en el hospital, y Einstein le revela que le había dado un placebo, lo cual solo añade enfado a Skinner, que está cansado de soportar salidas del reglamento de Fox Mulder. Al salir del hospital, Mulder se cruza con Noora, una mujer que había visto en su viaje psicotrópico y resulta ser la madre de Shariz, que acaba muriendo poco después por complicaciones de las heridas, o tras intentar comunicarse con ellos, según a quién quieras creer.
Mulder pronuncia de forma ruda la frase que Shariz le dijo en su sueño: "Hotel Babylon", donde estaban más terroristas preparando un atentado aún mayor. La policía llega, detiene a todo el mundo y América vuelve a estar salvada. El episodio acaba con una conversación desangelada sobre los deseos de Dios y su plan para el universo y para cada uno de nosotros.
Un episodio olvidable, que esperemos sirva de carrerilla para la semana pasada, con la finale de la temporada.