Con Windows 10, Microsoft ha dejado clara una cosa: si existe un dispositivo con distinta forma o enfoque, sean cuáles sean, tiene cabida en el ecosistema universal. Esto se cumple con smartphones, tablets, híbridos, TV sticks, e incluso gadgets dedicados al Internet de las Cosas. En ese sentido, la visión con la que Samsung apoya los productos de Microsoft solía incluirse debajo del nombre ATIV, a diferencia de lo que ocurría con los productos que soportan Android, que hasta ahora utilizaban en exclusiva el nombre Galaxy. Sin embargo, por primera vez, vemos Galaxy junto a Windows en Samsung la Galaxy TabPro S, un convertible con el que esperan traer lo mejor de ambos mundos.
Sus especificaciones son típicas dentro de la categoría en la que se encuentra, destacando sus dimensiones de 290.3 mm x 198.9 mm y un grosor de tan sólo 6.3 mm, acompañadas de un peso de 693 gramos. Nos encontramos con una pantalla de 12" con 2160 x 1440 píxeles y con la nueva generación del Intel Core M, por lo que obviamente no encontraremos ventilador, y se alimenta con una batería de 5200 mAh. Cuenta con conectividad Wi-Fi AC, NFC, GPS, LTE de categoría 6 (en la versión con módem) y sensores de luz y acelerómetros. Samsung se ha unido positivamente a la moda de adoptar USB Type-C mediante un sólo puerto, al que podemos añadir un adaptador para HDMI y USB tradicional (tipo A).
Hemos podido probarla durante un período considerable de tiempo y nuestra impresión general ha sido bastante bueno, salvando algún detalle que luego comentaremos. En primer lugar hay que destacar, a mucha distancia del resto, la calidad de la pantalla. Llevamos años queriendo disfrutar de las ventajas de la tecnología SuperAMOLED en portátiles, y aquí, sin ser esto último, se vive en su mejor dimensión.
Nos encontramos ante un panel de calidad similar a la de los últimos Galaxy S, con su calibración y luminosidad, con una densidad que supera los 200 pp, y con una resolución que hace muy agradable la experiencia en Windows 10. A buena distancia, los píxeles no se distinguen, y diría que puede ser la mejor pantalla de cualquier tablet en el mercado.
Esperábamos una tablet de este tamaño con SuperAMOLED, y en la TabPro S encontramos la tecnología en todo su esplendor
En segundo lugar me ha sorprendido lo bien que se mueve Windows 10 en los Core M de este año con sólo 4 GB de RAM. Si bien es cierto que por las aplicaciones disponibles no hemos podido hacer un uso muy intensivo de la tablet, con muchas aplicaciones, vídeos y pestañas abiertas se movía con soltura. Se nota la optimización del sistema y de la nueva generación de Intel respecto a soluciones pasadas. Como puntos positivos, también destaco su ligereza y ergonomía en cuanto a la comodidad de la sujección, aunque por el tamaño ante el que nos encontramos, seguramente prefieramos utilizarla con su base y teclado.
Y es ahí donde viene la parte negativa. No se conocen precios oficiales aún, pero teniendo en cuenta su mercado objetivo, no parece probable que vaya a ser barata, y esperaba más del teclado, aunque también tiene su parte buena: no tiene sobrecoste y la manera de unirlo a la tablet es muy sencilla. Las teclas en sí no acompañan al feeling de calidad que transmiten, por ejemplo, los bordes metálicos de la tablet, y se sienten con un tacto plasticoso y sin buen recorrido.
Además, si apretamos, vemos que hay cierta holgura. Pero por otra parte destaco la inclusión de un trackpad que, pese a ser pequeño, se integra perfectamente con los gestos de Windows 10, lo que me parece un valor añadido importante.
Por último, en cuanto a detalles multimedia, las cámaras y altavoces cumplen con lo que se puede esperar de ellos. Samsung nunca ha apostado mucho por este mercado, aunque sí ha tenido alguna iteración anterior, pero lejos de lo que la TabPro S supone. Para ser el primer intento de un regreso, y destacando lo bien que se mueve y su gran pantalla, me parece una gama muy a tener en cuenta. La prueba del Pen, eso sí, tendrá que esperar.