¿Sigue siendo vigente la experiencia que maravilló a los jugadores de PS Vita en 2012? Analizamos el trabajo de Bluepoint Games con Gravity Rush Remastered.Ya no sorprende a nadie la moribunda situación en la que se encuentra PS Vita (pese a que, ojo, haya sido la consola más vendida de la última semana en Japón) pero hubo un tiempo en el que la plataforma recibió videojuegos sumamente llamativos y originales que para si los quisieran las consolas de sobremesa o el PC. Unos, como Soul Sacrifice, no salieron nunca de la portátil pero, por suerte, otros como Tearaway o Gravity Rush han terminado por aterrizar en PlayStation 4.

Y es que Gravity Rush es una rara avis desde su misma concepción. Jamás uno pensaría, echando un ojo a imágenes o vídeos, que la aventura de Kat sale de la mente de Keiichiro Toyama, uno de las principales cabezas pensantes detrás de éxitos del terror más oscuro como Silent Hill o Siren.

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El principal miedo que tenía al enfrentarme a esta versión de PlayStation 4 era el de que el tiempo hubiera sido más cruel de lo que muchos pudiéramos pensar, que Gravity Rush no fuera hoy en día una experiencia tan satisfactoria y vigente como lo fue en 2012 y en una consola portátil. Pero, por suerte, y quitando muchas dudas de un plumazo, el trabajo de Project Siren y SCE Japan (puesto al día por Bluepoint Games, como tantos otros) sigue siendo igual de fresco y divertido. Gravity Rush 3

La dirección artística es excepcionalQuizá eso, frescura, es lo que define la experiencia con el juego. Gravity Rush es un título de aventuras que coquetea con el hack n’ slash y con ciertos toques roleros pero su núcleo, lo que convierte la experiencia en algo único, es la utilización y el manejo de la gravedad a nuestro antojo. Recuerdo cómo me impresionó el juego a la hora de movernos por sus amplios escenarios, haciendo de tejados y paredes nuestro suelo y utilizando objetos y enemigos a nuestro favor gracias a los poderes de Kat. Quizá algo más de profundidad jugable, mecánicas que nos sorprendieran pasadas las horas, serían bienvenidas pero como tímido acercamiento a un género del que salen fantasías como Bayonetta, nos vale.

Por suerte, Gravity Rush es, en 2016, tan divertido como lo recordaba

El juego comienza con una Kat amnésica y sin respuestas para demasiadas preguntas: ¿qué oculta el misterioso gato negro?, ¿qué hace en la ciudad de Hekseville?, ¿por qué de repente puede controlar la gravedad? Obviamente, no desvelaremos nada relacionado con el aspecto argumental del juego pero sí diré que, a mi parecer, Gravity Rush podría haber hecho un mejor trabajo en lo narrativo: tarda demasiado en arrancar y en empezar a resolver dudas, su ritmo es un tanto inconstante y, sobre todo, deja demasiado por aclarar (ahora, menos mal, la secuela está a la vuelta de la esquina). Por suerte, el carisma de algunos de los personajes que encontraremos en la historia hacen más digerible esos primeros compases.

Es una pena que no se haya aprovechado esta reedición para añadir contenido más allá de unos DLC un tanto pobres (lo mejor que tienen son, posiblemente, los skins para Kat). La estructura jugable del título, dejándonos vagar con cierta libertad por la ciudad, puede recordar a la de un sandbox y, de hecho, podremos completar alguna que otra actividad secundaria que, eso sí, no gozará de un gran diseño o ambición narrativa; es aquí, en esa lista de misiones y objetivos rutinarios y poco inspirados (combates contrarreloj, encontrar cierto objeto o personaje, etc.) donde se podría haber aprovechado para añadir algo más de empaque y, de verdad, aprovechar ese planteamiento abierto.
Gravity Rush 2

Pero como viene siendo costumbre, la labor de los chicos de Bluepoint Games no suele pasar por añadir contenido jugable inédito si no por poner al día, visual y técnicamente, el juego en cuestión. Y aquí, en Gravity Rush, eso tiene más peso que en reediciones recientes como Uncharted o God of War. Sin ir más lejos, en una experiencia de acción tan ágil y frenética (en su momento hubo quejas de gente que sufría mareos, sin ir más lejos) los 60 fps son una grandísima noticia y uno de los mayores pasos adelante.

En esa línea está el aumento drástico de resolución (de 720x408 a 1920x1080), las mejores texturas, una mayor distancia de dibujado, etc. Todo ello hará que la experiencia sea mucho más disfrutable y menos engorrosa ya que, en ocasiones, la pantalla y el hardware de PS Vita parecían quedársele pequeños al juego.

Al final, el mejor valor de esta reedición será, espero, el de llegar a muchos de los jugadores que no lo disfrutaron en su momento y que, en no demasiado tiempo, podrán estar jugando lo que apunta a ser una magnífica secuela.

Conclusión

Gravity Rush sigue siendo, en esencia, el juego que vimos en 2012 en PS Vita. Tropieza por momentos con su narrativa, no termina de aprovechar su estructura jugable pero, en lo nuclear, es una experiencia fresca e inimitable: la utilización de la fuerza de la gravedad, los movimientos de Kat o el excepcional diseño artístico siguen siendo sobresalientes hoy por hoy. Si a eso le sumamos un cambio drástico (y para bien) en el plano técnico, tenemos una remasterización ejemplar de un notable videojuego.

Pros

  • La mecánica principal sigue siendo muy disfrutable
  • Su bellísima dirección artística
  • La mayor definición y las 60 imágenes por segundo sientan de maravilla

Contras

  • En lo narrativo tarda en arrancar y deja demasiadas incógnitas
  • Objetivos secundarios planos y desaprovechados
  • Faltan extras o añadidos de peso

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