Considerado uno de los mayores misterios del universo, si no el mayor, la energía oscura es un concepto, una entidad, un "algo" que mueve el motor universal, hablando de una forma literaria. Sin embargo, los físicos apenas saben nada al respecto de ella. Son más las dudas que las respuestas. Además, pone en serios aprietos a muchos investigadores, quienes no consiguen unificar los modelos con los que trabajan y el concepto de materia oscura. Pero bueno, ¿en qué consiste?

La esquiva energía oscura

Con la premisa de su dificultad, vamos a tratar de vadear el río y buscar una explicación sencilla y asequible para todos los públicos. Esta aclaración se hace necesaria por una cuestión muy sencilla: la complejidad del asunto no permite medias tintas. O nos vamos a lo simple, o a lo muy complicado. Esto se debe, en gran parte, al hecho de que todavía no entendemos qué es la energía oscura. Pero, tratando de contestar, en la medida de lo posible, la energía oscura es una necesidad. Como suena. Es un concepto, un efecto, un fenómeno físico que necesitamos para explicar algunas de las observaciones del universo.

La energía oscura se comporta, grosso modo, como un fenómeno que se opone a la gravedadBásicamente se comporta, grosso modo, como una energía que se opone a la gravedad. De esta manera, está detrás del hecho de que el universo esté en expansión, algo que hemos visto y comprobado en varias ocasiones. Más allá de esto, la energía oscura nunca ha sido "detectada" ni medida. Las aproximaciones más cercanas que tenemos a su existencia proceden de medidas muy indirectas y aproximaciones que tratan de explicar los fenómenos que observamos. La energía oscura es muchas veces confundida con la materia oscura, de la cual ya os hablamos. Si bien la materia oscura está relacionada con la energía oscura, no son lo mismo ni pueden usarse como sinónimo. En cualquier caso, sabemos muy poco de esta entidad. Y ni siquiera tenemos la certeza de que lo poco que sabemos sea real.

En contra de la gravedad

energía oscura

Los efectos de la energía oscura fueron "observados" por primera vez en 1998 gracias al Supernova Cosmology Project. Y lo que en realidad contemplaron los investigadores, mirando galaxias y cuerpos lejanos, fue que el universo se estaba expandiendo de forma acelerada. Es decir, que cada vez se expande más rápido. Esto no debería ser así según algunas concepciones clásicas de la física. "Y sin embargo se mueve", como diría Galileo. Esto ha de tener una explicación: algo ha de oponerse a la gravedad. Una especie de gravedad negativa. Sin embargo, ni lo que sabemos sobre la gravedad ni sobre la energía oscura nos permite conciliar las teorías más modernas de la mecánica cuántica con las evidencias. Por eso, el descubrimiento de las últimas partículas elementales relacionadas con la gravedad podrían desvelar algunas piezas esenciales de la naturaleza de la energía oscura.

Lo que sabemos sobre la energía oscura

En realidad, el concepto de energía oscura (aunque no con ese nombre) ya fue promovido tiempo atrás. Si bien Einstein, en su modelo cosmológico, entendía el universo de una manera estable, el mismo admitió su error antes siquiera de que Edwin Hubble comprobara que, efectivamente el universo sigue creciendo, está en expansión. En los años 70, un físico llamado Alan Guth propuso una "presión" negativa, a nivel universal que promoviese dicha expansión. No fue hasta 1998 que no se acuñó el término "energía oscura", tras muchos debates y noches sin dormir por parte de los físicos más eminentes del planeta.

La energía oscura forma el 68,3% de todo lo que existe en el universoEste nombre habla de una energía que no interacciona con nada, con ninguna fuerza fundamental ni con la materia excepto con la gravedad. Además, según las estimaciones actuales, dicha energía está presente en todo el universo de una forma muy, muy, muy homogénea. Además, formaría el 68,3% de todo el universo. Según los cálculos, la materia tal y como la conocemos, lo que tocas, saboreas, respiras, ves... solo es el 4,9% de todo lo que existe en este universo. El otro 26,8% corresponde a la materia oscura. Y siendo casi el 70% y estando aquí mismo ni siquiera podemos medirla directamente.

The galaxy Messier 63 - nicknamed the Sunflower Galaxy - is seen in an undated image from the NASA/ESA Hubble Space Telescope

De hecho, a día de hoy la naturaleza de la energía oscura se discute intensamente. Existen algunas hipótesis que tienen más peso que otras, aunque cada día surgen nuevas interpretaciones. Las más importantes son las que explican la energía oscura como una "presión cosmológica negativa"; la constante gravitacional, propuesta en su momento por Einstein y que constituye la respuesta más sencilla al misterio (y también de las más imprecisas); o la denominada quintaesencia, parecida a la idea de la constante cosmológica pero con otras implicaciones. Además, existen también otras ideas alternativas, todas tan complicadas que necesitaríamos discutirlas por separado.

Si la energía oscura sigue acelerando el universo podría llegar un punto en el que provocara la aniquilación de todo en un gran Big RipEn cualquier caso, la presencia de la energía oscura indica que el universo es más antiguo de lo que se estimaba en un principio, estimando una edad de 13.700 millones de años. Pero también trae expectativas de futuro. Existen dos grandes casos supuestos. Si la energía oscura sigue acelerando el universo podría llegar un punto en el que la aceleración creciera de tal manera que sobrepasara la fuerza de atracción gravitatoria y cualquier otra fuerza fundamental, grosso modo. Eso provocaría la aniquilación de los átomos y la destrucción del universo en un gran desgarro o Big Rip, lo que se estima que podría ocurrir en unos 20.000 millones de años. Por otro lado, existe la posibilidad de que la energía oscura se disipe o, incluso, se vuelva atractiva. En tal caso, al final de la historia del universo se produciría una superconcentración, un Big Crunch, en el que materia, espacio, tiempo, energía, se condensarían, permitiendo que todo, absolutamente todo, volviera a comenzar.