Fotografía: View Apart - Shutterstock

Desde que era niño tenía una fascinación total por los delincuentes en las películas y bueno, la cultura popular. Los ladrones en Home Alone, los hermanos Dalton de Lucky Luke, Freddy Krueger, el de la matanza de Texas, el otro, y aquel también. Con honrosas excepciones todos los malos eran hombres. Algo que no me preocupaba porque en las películas también los hombres eran los héroes, así que todo se quedaba balanceado, y mi pequeña mente, tranquila.

Poco a poco creces y ves como detienen a ladrones, asesinos, violadores, pederastas, embaucadores,etc. y la mayoría de las veces lo que ves en el telediario es un hombre haciendo el paseo a la puerta de la comisaría o los juzgados. Quizá de vez en cuando, en España al menos, vieras una folclórica que había dejado de pagar algún dinero a alguien, pero eran cosas esporádicas.

La estadística no miente: la mayoría de los crímenes y delitos están cometidos por hombres, en crímenes violentos la diferencia es aún mayor. Las cárceles están llenas de hombres donde la estadística es más retorcida: cometen de media crímenes más severos, que les ponen más tiempo en la cárcel y por ende trastocan el mix de población carcelaria en un determinado momento. Mires en el país y la sociedad que mires, los delitos están cometidos en su mayoría siempre por hombres.

El asesinato y homicidio siguen siendo crímenes cometidos principalmente por hombres. — Aunque también son la inmensa mayoría de las víctimas, salvo en en el entorno familiar.
El asesinato y homicidio siguen siendo crímenes cometidos principalmente por hombres. — Aunque también son la inmensa mayoría de las víctimas, salvo en en el entorno familiar.

¿Por qué? ¿Somos peores personas que las mujeres? No parece una pregunta digna de respuesta. ¿Quizá por algún componente hormonal o genético? ¿La mayor cantidad de testosterona quizá? Tampoco... ¿es por cómo nos organizamos como sociedad? Por ahí puede estar la respuesta.

Motivos

"Hombres y mujeres matan diferente", explica Ricardo Magaz, profesor de Fenomenología Criminal y popular autor, a Hipertextual. "En el caso de los hombres hay una tendencia más acusada a la violencia física, hay menos autocontrol, es más impulsivo", asegura. "Sin embargo las mujeres son más sutiles, más calculadoras. Recurren menos a la violencia física directa" explica bajo términos más antropológicos. "Es una cuestión del rol y también de genética".

Centrándonos en quién comete los crímenes, y no en quién los sufre, tradicionalmente en criminología se barajaban múltiples motivos pero en general las investigaciones en diferencias de género en este apartado científico han sido insuficientes. En 2006, Berklnap y Holsinger en "The Gendered Nature of Risk Factors for Delinquency" hablaban del tema abiertamente. Una interesante perspectiva histórica la encontramos aquí por Fuller (2007), así como un agregado de comentarios sobre el mismo por …Rodríguez (2009). El campo de la criminología estaba basado en investigaciones sobre chicos y hombres, y qué causaba que unos cometieran crímenes frente a otros que no lo hacían.

Los varones son más expuestos desde pequeños que las mujeres a hechos delictivos

Entre hombre y mujeres, el consenso está en las diferencias a exposición de factores de protección y de riesgo en hombres y mujeres a temprana edad. Fagan y otros (2007) en "Adolescent Fathers' Parenting Stress, Social Support, and Involvement with Infants" inciden en el tema. Estudiando sobre hombres y mujeres jóvenes expuestos a 22 factores de riesgo o de protección diferenciados, descubren que es la incidencia total de exposiciones a factores de riesgo, muy superior a los varones, la que acaba desequilibrando la balanza, causando mayores índices de delincuencia entre los varones. Los factores mencionados incluyen: actitudes pro-delincuencia y pro-uso de drogas en la familia, así como de forma individual y entre amistades, y también posibles recompensas por la delincuencia.

La línea de qué es masculino y qué es criminal es muy fina, mientras que los valores criminales son la antítesis de lo que se considera femenino

En 1996, en Gender and Crime: Toward a Gendered Theory of Female Offending, Steffensmeier y Allan examinaban con profundidad los motivos a como hombres y mujeres reaccionaban de forma distinta respondiendo a estructuras sociales que los categorizan y delimitan. Divididos en varias áreas: la organización del género, la motivación para el delito, las oportunidades para delinquir, el contexto del delito, y los factores físicos y biológicos. En ellas, los académicos encuentran no solo que estas "áreas de la vida" tienden a inhibir el crimen femenino si no también a fomentar el masculino.

Usando datos de Estados Unidos (2011), podemos poner en comparativa qué crímenes son "de mujer" y cuales "de hombre". Pero también podemos ver varios que son "mixtos".
Usando datos de Estados Unidos (2011), podemos poner en comparativa qué crímenes son "de mujer" y cuales "de hombre". Pero también podemos ver varios que son "mixtos".

1. Los crímenes cometidos por mujeres están a la vez inhibidos y moldeados por dos adjetivos asociados a las mujeres: obligaciones de su rol (hija, mujer, madre, etc.) y la presunción del cuidado femenino; así como las expectativas de belleza femenina y virtud sexual. Estos dos casos crean limitaciones a las oportunidades de cometer crímenes por parte de las mujeres. El ejemplo más obvio serían las obligaciones con los hijos en edad infantil. La línea de qué es masculino y qué es criminal es muy fina, mientras que los valores criminales son la antítesis de lo que se considera femenino.

2. Durante los años formativos, la habilidad y motivación para cometer crímenes por parte de mujeres está restringido por el control social. Las chicas tienen a estar supervisadas de forma más cercana y son alejadas de malos comportamientos. Esto continúa durante la adultez, donde la toma decisiones de las mujeres está más sujeta a vigilancia por parte de sus entornos.

3. Los diferentes trabajos donde los hombres son mayoría también crean diferencias. No solo en puestos donde hay mayor capacidad para transporte (camioneros, trabajadores de puerto, etc) que crean oportunidades para el tráfico ilegal, robo, etc. También la menor exposición de mujeres en altos cargos limita el crimen femenino en aspectos como fraude financiero o corrupción.

Tener oportunidad para cometer el delito es el principal motivo para cometerlo, y las mujeres tienen menos oportunidades

Criminales de ambos géneros tienden a ser atraídos por crímenes que estén dentro de sus habilidades, gocen de bajo riesgo y tengan una recompensa razonable. Los hombres asumen riesgos por motivos distintos a las mujeres (Hagan y Steffensmeier, 1983; Steffensmeier y Allan, 1996). Los hombres lo hacen para ganar ventaja competitiva o crear mejor status, ambos actos que en ciertos momentos pueden ser adquiridos a través de conductas criminales. Mientras que las mujeres toman más riesgos centrándose en las relaciones personales de sus seres cercanos. Que no aleja a algunas mujeres de los crímenes, como que sirve de refuerzo a toma de malas decisiones —cometer un delito— por parte de los hombres.

4. La divergencia entre niveles de fuerza física —reales y percibidos— de hombres y mujeres crea otra desventaja para las mujeres en el mundo criminal, que premia la potencia física y la violencia. Los motivos para la preferencia de fuerza muscular son claros, y eliminan a muchas mujeres que, de otras formas, formarían parte del grupo que comete el delito.