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Hace algunos meses comentábamos como la ley de Moore tenía los días contandos. Y pese que ha sido el estándar estos años para el desarrollo de los chips, los fabricantes ya están empezando a diseñar sus horas de ruta más allá de esta ley, y buena culpa de esto lo tienen los dispositivos móviles y las apps, que han cambiado totalmente la necesidades de adaptar el desarrollo de procesadores en iteraciones de doblar potencia cada vez.

La tendencia actual es que en vez de ser los procesadores los que marcan el desarrollo del software para que este se adapte a la potencia disponible, ahora son las aplicaciones las que marcan las necesidades de procesamiento, y por tanto, tiran al traste la propia Ley de Moore, con la que los fabricantes deliberadamente marcaban cada paso en la innovación tecnológica. Ahora, la nueva hoja de ruta marca el camino a seguir siempre con los ojos puestos en las aplicaciones y no al revés.

De hecho, las cosas han cambiado tanto que ni siquiera esta hora de ruta promovida por la SIA (Asociación de la Industria de Semiconductores) encaja en el desarrollo de todos los fabricantes, en un momento en el que el móvil está forzado a todos a replantear las formas en la que se desarrollan los semiconductores, fórmula que cada vez se aleja más de la perseguida en el pasado por la ley de Moore, y que en los últimos años eran capaces de duplicar la potencia en el móvil en tan solo un año y mantenerla intacta en el escritorio por más de tres.

Las apps ahora marcan las necesidades de softwarePara los fabricantes, ya estar dentro de la ley de Moore ya está bastante más abajo en su lista de prioridades que dar soluciones que se adapten a los nuevos tiempos en los que las apps marcan las necesidades de los procesadores y en los que los datos han emigrado en gran parte las granjas de servidores, que son los únicos que a día de hoy se benefician de que algunos fabricantes sigan aplicando la ley, pero cuyas necesidades cada día son menores.

Las apps están matando la ley de Moore porque el crecimiento exponencial en la cantidad de transistores no puede continuar, y porque las necesidades de duplicar ya no son tan necesarias como hace unos años.

Seamos realistas, el hardware ya es una commodity, y ahora la ley de Moore solo marca que, cada dos años, las posibilidades del usuario se multiplican, aunque eso sí, lo anterior se cumplirá siempre y cuando lo demanden las apps y no lo fijen los fabricantes de semiconductores.

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