"En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.”
No sabemos en qué momento de toda su vida Albert Einstein dijo está frase. Pudo ser durante los estragos económicos y sociales que desolaron a Alemania durante la Gran Guerra o tras su obligado exilio a Estados Unidos por el odio a los judíos en la Segunda Guerra Mundial. Sea como fuere, de los malos momentos es de donde se sacan las fuerzas para el futuro.
La crisis de los refugiados no ha es algo que haya pasado o que quedase reducida a los meses de verano, ni mucho menos. Ahora incluso vemos como miles de niños han desaparecido y la guerra se recrudece en Siria. Global Entrepreneurship Monitor (GEM), asociación dedicada al estudio del sistema emprendedor global, ha encontrado un resquicio para dar salida a los más de once millones de sirios que han tenido que desplazarse de su lugar de origen desde hace ya más tiempo del que imaginamos. Desgraciadamente, no es viable para todos ellos, pero abre un puerta a algunos de esos miles de refugiados que han venido a Europa en busca de un lugar seguro.
Tradicionalmente, Siria ha sido un país con gran tendencia a crear emprendimientos
Echando una mirada al pasado encontramos un dato que revela un patrón de comportamiento común. Las regiones que mayor auge emprendedor han tenido, ya sea en negocios tradicionales o de startups con la llegada del auge tecnológico, son aquellas que por razones de la historia geopolítica han recibido mayor afluencia de inmigrantes: Australia, creada a base de inmigrantes, al igual que Estados Unidos, con una de las sociedades más pluriculturales del mundo e Israel, alimentada por millones de judíos exiliados. Con sus propios, y peculiares, ecosistemas han establecido las bases de los mejores emprendimientos del momento; más tradicionales en los primeros años pero plenamente tecnológicos y disruptivos en este momento.
Serbia: 276.211 peticiones de asilo. Alemania 184.053. Suecia: 102.870. Hungría: 71.999. Y así sucesivamente a lo largo de toda Europa. Un gran grupo de desplazados de todas las edades que, lejos de carecer de formación como otros en su situación anteriormente, cuentan con experiencia y negocios previos en su país de origen. Y negocios de todo tipo, puesto que tradicionalmente, y a falta de grandes multinacionales, en Siria el emprendimiento ha estado a la orden del día como una de las primeras opciones laborales. La imagen que tenemos en mente de largas columnas de personas huyendo de su país solo con lo que podían cargar, no es lo que define a la histórica tradición empresarial de un país; en el que, sabiéndose muy polarizado en cuanto a clases, no siempre ha estado como estos últimos años.
Alemania, más beneficiada de lo que parece
Los últimos datos del instituto de estadística alemán indican que, en la última década, su volumen de creación de empresas ha caído entorno al 40%. Nada tiene que ver la crisis, los estudios de su población o el sistema productivo del país. Es, de hecho, una de las regiones europeas menos afectadas por lo duro del bache financiero, cuenta con un volumen de profesionales de estudios altamente cualificados y es uno de los países más industrializados de Europa. Un ecosistema perfecto para, en teoría, crear cientos de exitosos emprendimientos y que, sin embargo, son pocos en comparación con sus paneles de datos.
Alemania, pese a su alta industrialización aún está buscando su gran despunte en el sector startup
La disponibilidad de un gran número de empleos, poco afectados por la escasez sufrida en países como España o Portugal, más seguros y al amparo de grandes corporaciones han afectado a los niveles de emprendimiento masivo del país. Que aún contando con grandes figuras dentro del ecosistema startup, hay que reconocer que tienen aún tímidas cifras para las magnitudes que podría manejar. Las consecuencias de esto, a medio y largo plazo, serían enormes para una de las economías más potentes de Europa.
Y es aquí donde entra el factor inmigrante, donde se unen las buenas oportunidades alemanas, que tradicionalmente ya ha sido receptor de inmigrantes, la tendencia emprendedora histórica que arrastran los flujos masivos de poblaciones, la iniciativa nata de los refugiados sirios y una potencial solución al futuro de estos inmigrantes. De hecho, según los últimos datos del KfW, banco estatal alemán, se confirma que una de cada cinco empresas que se crean en el país está fundada por un inmigrante. Y uno de cada tres que solicita los préstamos estatales para sus emprendimientos nació fuera de las fronteras alemanas.
Una oportunidad a largo plazo
Si bien ya son muchos los inmigrantes que han tomado Alemania como su país adoptivo y de inicio de sus startups, para la población siria aún queda mucho camino por delante.
De todos los refugiados, muchos de ellos ya tienen experiencia en su país de origen, algunos deben terminar sus estudios y otros tantos está por empezarlos; cuestión de la que se están encargando muchos gobiernos europeos a través de la financiación de becas, de estudios obligatorios y superiores, para jóvenes sirios.
Pero todos tienen una lista de problemas comunes. El idioma, en este caso el alemán, supone una barrera que habrá de salvarse con el tiempo. El tema de los visados, que aún no está claro como va a resolverse a corto plazo. Y no hemos de olvidar, que aunque muchos contasen con propiedades, ahorros e ingresos en Siria, la mayor parte de ellos han quedado por el camino. Sin idioma, visado e ingresos el emprendimiento de cualquier tipo se complica.
La ventaja es que la materia prima está, aunque sea a largo plazo. Con el objetivo de que, poco a poco, en vez de estar hablando de startups que se implican en la ayuda al pueblo sirio, como es el caso de StartupBoat con la creación de herramientas para mejorar la situación de los inmigrantes, de Splitfy con sus recaudaciones de fondos o UniversalDoctorProject, que se ha implicado para la ayuda en las traducciones, nos enfoquemos en los emprendimientos de los primeros sirios en Alemania o cualquier otro ecosistema de Europa.