Desde la aparición de los primeros dispositivos comerciales, *la tecnología wearable ha experimentado un crecimiento consistente con el paso de los años. Solo en 2015, más de 20 millones de dispositivos wearables* han sido vendidos alrededor del mundo, y las previsiones para los próximos años son excepcionales, según analistas de mercado como IDC.
El progresivo asentamiento y la consistente evolución del mercado wearable abre a las compañías tecnológicas un increíble abanico de posibilidades —probablemente, mayor que cualquier otro mercado ligado a la industria tecnológica—. Los campos de aplicación de esta tendencia son prácticamente infinitos, pues cualquier objeto en contacto permanente con nuestro cuerpo es susceptible de caer en esta tendencia.
Por el momento, solo dos campos de aplicación son los que parecen asentarse: smartwatches y pulseras de monitorización física. Ambas categorías representan, en conjunto, más del 75% de productos wearable vendidos durante el año 2015. Y según diversos analistas de mercado, continuarán siendo las principales fuentes de ventas e ingresos durante los próximos cinco años.
No obstante, durante dicho periodo **sí se espera la llegada de nuevas categorías de producto que impulsen el crecimiento de la tendencia wearable**. Una de esas tendencias es el tatuaje inteligente, un producto que, a medio plazo, supondría un cambio de paradigma en campos como la salud y la seguridad.
Los tatuajes inteligentes conectarían de una forma más íntima con el cuerpo humano
Los tatuajes inteligentes, ya en desarrollo por compañías como Tech Tats, MC10, Motorola o L’Oreal, permiten conectar con el cuerpo humano de una forma más íntima, facilitando la obtención de datos tan importantes como el ritmo cardíaco, los niveles de glucosa en sangre, los niveles de sudoración, la intensidad de trabajo de los músculos del cuerpo, etc. Paralelamente, los tatuajes inteligentes también brindarán una mayor precisión respecto a otros wearables actuales, lo que posibilitaría el uso, a nivel clínico, de estos datos.
Algunos de los campos de aplicación de estos tatuajes inteligentes son los siguientes:
- Salud. Es el mayor campo de aplicación de estos productos. Actualmente se desarrollan tatuajes inteligentes que miden glucosa en sangre, ritmo cardíaco, contracciones musculares, plaquetas en sangre, exposición a la radiación ultravioleta, etc. Todos ellos, conectados a una plataforma común, pueden mejorar exponencialmente los análisis y las investigaciones clínicas, pues la cantidad de datos recogidos y la precisión de los mismos sería mayor que nunca.
- Seguridad. Como dispositivo de pagos e identificación, los tatuajes inteligentes se posicionan como un claro avance. Son más difíciles de perder y/o robar que un simple carnet o un teléfono móvil y están vinculados permanentemente a nuestro cuerpo, por lo que cualquier alteración en el mismo podría ser fácilmente identificada.
- Militar. Otro de los campos donde las empresas tecnológicas ven más aplicaciones para los tatuajes inteligentes es en el ámbito militar. Gracias a estos tatuajes, podrían geolocalizar permanentemente los soldados y controlar la salud de los mismos.
Aunque ya existen prototipos funcionales, queda un largo camino por recorrer antes de ver estos productos en las tiendas. Los retos que presenta el desarrollo de tatuajes inteligentes son muy numerosos desde el punto de vista técnico: tintas que permiten conductividad eléctrica, sistemas de aislamiento eléctrico, circuitos resistentes, componentes flexibles y resistentes a líquidos, etc. Además, las compañías involucradas también deben combatir los elevados costes de producción que actualmente presentan este tipo de tatuajes, algo esencial para adentrarse en el mercado global con éxito.
Por suerte, empresas como Samsung o LG y universidades como la de Texas ya están mostrando grandes avances en áreas como la flexibilidad de los componentes o la reducción de costes, acelerando así el proceso y reduciendo el tiempo necesario para llevar los tatuajes inteligentes a las pieles de los seres humanos de todo el mundo.